Solo escúchame, sigue mi voz,
siente mis labios aunque no te
estén tocando.
Déjate llevar por cada palabra,
percibe como te entibian
y te rozan el alma.
Créeme que te quiero,
que sin ti, aunque no muero,
arde tu ausencia, duele dentro.
Aférrate a mi aliento,
oye firmemente lo que digo,
que mis letras entren tenuemente
en tus oídos.
Sígueme abrazando,
no me sueltes nunca más,
pues por ti…
si lo pidieras, no amaría a nadie jamás.
Deja que tu sombra me acaricie,
que tu calor me bese,
que tu olor me envicie
y que tu ausencia no pese.
Déjame estar a tu lado,
contigo siempre…
siempre enamorado.
Cerca ya de medianoche, en esas horas en que todo se vuelve dolorosamente nítido o angustiosamente desdibujado.
lunes, 30 de abril de 2012
Pero esperaba que preguntara de una forma profunda, de una manera que indicara importancia... Nunca sucedió, no escuche las palabras que hubieran aliviado un poco mi corazón, no obtuve el abrazo que pudo producirme una sensación de seguridad, no paso nada, la calma siguio sin venir a mi lado, la alegria siguio sin aparecer.
Dibi
Simplemente pasa que no dejo de pensarte. Todo empezó sin querer, la casualidad me jugó una mala pasada, me llevó hasta donde te pude ver. Y desde entonces, empezaste a meterte en cada pensamiento, en cada letra, en cada noche. Entraste como la luz de la luna por los espacios de mi cortina, y no encuentro manera de sacarte. Te has aparecido en mis sueños y te he convertido en algunos suspiros, en algunos poemas. Pasa que no encuentro ninguna señal, y busco la manera más sutil y directa para que sepas que estoy aquí, impaciente por verte. Para que sepas que soy quien muere por un beso, por ese calor tácito de tus labios, por esa humedad enloquecedora de tu boca. Dime como llegar hasta tus brazos, muéstrame el camino, tiende una trampa que me lleve a donde te encuentras… o simplemente dime que no me quieres, y callo todas mis palabras, escondo todos mis poemas y me trago todos los suspiros. Dime que no y por ti, dejo de soñarte.
Solo calla, no digas nada. Solo esfúmate como siempre lo haces, y creeré que fuiste un sueño, no me mires jamás y olvidaré que existes. Pero sonríe una vez más, regálame una mirada y pégate a mi alma… es simple: Dime que si, y conviértete en mi realidad.
Solo me queda imaginarte. Pero imaginarte no es tenerte, ni a tu blanca piel, ni a tus besos rojos. Imaginarte es más bien que estés muy lejos, allá donde las respuestas se apilan esperando la pregunta apropiada. Es como soñar incoherencias y sonreir al despertar. Es tratar de escribirte… Imaginarte es eso, tratar de escribir pero no poder.
Mira la hora que es y yo aquí pensándote.
Yo aquí, a no sé cuántos kilómetros, a no sé cuántos pasos.
Yo aquí, a no sé cuántos kilómetros, a no sé cuántos pasos.
Acá siendo impar el resto del día, de la semana, del mes.
Completándome solo algunas veces con tus fotos.
Soñándote despierto o dormido.
Mírame, estoy aquí acariciando el frio con los párpados,
viendo cómo la neblina entra por la ventana…
y me distraigo con las notas de la noche.
Sonrió sin darme cuenta, mi cabeza no me deja olvidarlo, mi cuerpo esta en un lugar pero mi conciencia me mantiene en sus brazos, su mirada es como una rafaja de coques eléctricos que recorren cada parte de mi ser, creo que hablo de esa sensación de alegría y paz que puede hacerte pensar en positivo y el animo se encuentra fuera de órbita, quisiera describir lo que me hace sentir si es que su presencia me deja siquiera tener la certeza de no estar demasiado perdida en el, si esa sensación de sentirse única y especial es lo que espero de un chico, entonces se con dolor y melancolía que no he llegado percibir la mitad de estos sentimientos… cuando suceda, muy posiblemente me asuste si llega a convertirse en mi todo y en mi nada a la vez.
Tm
Mis pequeños monstruos se encuentran aquí de nuevo, ¿como puedo odiarlos? Existen en mi mente algo alocada, desordenada y sin sentido, sobreviven a pesar de los fallidos intentos que tuve por olvidarlos.. Cuando era pequeña tenia todo un libro dedicado a ellos, ideaba planes los cuales me ayudaban a tener esperanza, esperanza de que alguna vez pudieran irse y me dejaran sola, de esa manera mágicamente podría cambiarme a mi misma de una forma perfecta, de la manera en que siempre debió ser, permitiéndome sentir por primera vez que estaba en el lugar correcto e indicado, pero como es de notar, mis acompañantes nocturnos nunca cedieron, a pesar de todas las insólitas decisiones que realice en su contra, nunca me abandonaron, y cuando los oía, sabia que me abrazaban.
Dibi
Tanto tiempo huyendo de esta represalia horrorosa del sufrimiento para darme cuenta que mi vocación es la de escritor. En este orden de ideas hay cabida para un único desorden, el amor. El amor hacia la escritura, hacia las personas que escriben, hacia las que aún no saben escribir, las que ya escribieron y murieron, las que escribirán sin ser publicados, los que fueron personajes escritos, los que sueñan con ser personajes de libros, los que leen, los que leen miradas, los que escriben su vida con la propia existencia. Lo nombro porque es un regalo, es un don, es un parto, es un dios, es un karma, es un reto, es un soporte, es una perdición, es una redención, es amor, es odio, es compañía, es soledad, es una práctica, un proceso complejo del que una vez sumergido no logras salir con vida, al menos con la vida que llevabas.
Ana María Figueredo
Ana María Figueredo
Cruel y despiadado intento de razón, momentáneo chasqueo de veracidad, de completa conciencia y conocimiento de la realidad… constantemente es inevitable no sentir el vació que deja la perdida de lo mas deseado, de ese sueño que ves esfumarse, por lo que tanto luchaste, que ves desvanecerse en cuestión de segundos y solo bastó un parpadeo para un adiós, bueno eso no es algo de lo que me preocupe ahora, trato de suprimirlo en mi banco de recuerdos, muchas personas se han ido sin decir siquiera un “te veré pronto”… ¿Que es esto que nos hacen perder la lucidez de las cosas? Un sentimiento de debilidad que buscamos contrarrestar, un momento de motivación en el que nos apoyamos y nos volvemos dependientes, o quizá la necesidad de llenar esa parte de ti que crees indispensable para completar lo que para ti te produce alegría, porque con tan solo una sonrisa nada sincera, una palabra un tanto despectiva, una mirada fugaz y un simple cruce de palabras es suficiente… Es un sentimiento de masoquismo a un nivel demasiado preocupante al creer que cosas tan vacías, grises, tristes, pueden causar tanta emoción en mi impermutable exterior, pero mi indolente interior, concuerdo también es un poco frustrante; no lo se, ciertamente no pienso cuestionarme este extraño suceso en mi vida, al menos hasta que encuentra como luchar contra tu presencia, mi corazón y lo que lo hace feliz…
Tm
Tm
Me quedé dormida cuando empezaba mi insomnio, la noche anterior había sido todo neblina. Me recordaba allí, con las palabras que había pensado un día y jamás a nadie le había dicho, tan diferente a como estoy hoy. El mundo me ha cambiado cuando yo pensé que yo cambiaría el mundo, quizás después, quizás mañana. El tiempo se me va como galletas, exquisito. Podría pasar esta noche con una copa de vino y palabras que muchos ya han leído, otras sin embargo otras me las reservo, porque esto soy ahora, soy un alma desnuda e invisible entre lo visible, soy esa voz susurrada con la que lees cada sílaba envenenada de este texto. Escribo con el poco encanto que me queda, con estos dedos largos que quisieron tocar un piano y aún no han podido, quizás después, quizás mañana. En esto pienso "soy la única criatura en el mundo a la que los labios le saben a papel." Y es que metafóricamente hablando pocos escribirán esta historia conmigo. Porque con el papel también hablo, hago aviones y vuelo, hago barcos y los echo al mar, los arrugo y los tiro luego, porque con el papel me he cortado y con las palabras me he querido suicidar.
Ana María Figueredo
Quería obviar la realidad y mira lo sumergida que estoy, sólo si dejase de respirar me alejaría de ella, incluso lo más lejos que he logrado llegar, fue la última vez que escribí y se me cruzaron en la mente ojos reales de gente real. Personas que conocí en la vida, que conozco, conoceré, que me conocen o al menos, eso es lo que creen.
Ana María Figueredo
"Cada vez que entramos en una crisis es el absurdo total, comprendé que la dialéctica sólo puede ordenar los armarios en los momentos de calma. Sabés muy bien que en el punto culminante de una crisis procedemos siempre por impulso, al revés de lo previsible, haciendo la barbaridad más inesperada. Y en ese momento precisamente se podía decir que había como una saturación de realidad, ¿no te parece? La realidad se precipita, se muestra con toda su fuerza, y justamente entonces nuestra única manera de enfrentarla consiste en renunciar a la dialéctica, es la hora en que le pegamos un tiro a un tipo, que saltamos por la borda, que nos tomamos un tubo de gardenal como Guy, que le soltamos la cadena al perro, piedra libre para cualquier cosa. La razón sólo nos sirve para disecar la realidad en calma, o analizar sus futuras tormentas, nunca para resolver una crisis instantánea."
Julio Cortázar, Rayuela.
Julio Cortázar, Rayuela.
Ella se pasó la vida buscando su atmósfera ideal para crear. Yo siempre creí que eran sus baños postestreno, hasta que un día en un avión me dijo: -Creo que mi olor de creación es la mezcla de tu respiración junto con la mía.- Entonces respiró fuertemente y me indicó que yo también lo hiciera. Exhalamos e inspiramos dos o tres veces-. Ya vienen las ideas…- dijo mientras me sonreía. Me sentí halagado y a la vez avergonzado. No volví a hablar en aquel avión. Casi intenté no respirar y fue un viaje largo de ocho horas entre Montreal y Barcelona. A veces es difícil aceptar que te digan algo tan bonito.

Allá hubiese sido de cierta manera, más libre de lo que suelo ser. Claro está, si a esto se le llama libertad.
Lf
Lo mejor de recordar es que puedes regresar cuando lo deseas, nadie te puede robar o impedir eso. Quizá lo que más me impacta es que, siempre que vuelves, el recuerdo es diferente. Y si el recuerdo es diferente, uno lo acaba siendo también, porque ahí están tus raíces y si tus raíces cambian, también cambiará tu tronco…
-Somos energía- me dijo mientras sostenía el saco, inmóvil, esperando mi golpe. Energía es lo que yo veo en todo el mundo. Energías que te inundan cuando las ves, cuando las escuchas, cuando las quieres, cuando te diste cuenta de que las amabas… Energías que te permiten encontrar tus sendas. Las energías no se pueden fingir, son las que son. Te pueden ayudar a ver tu futuro o devolverte tu niñez o tu adolescencia. Yo busco energías. No me importa la edad, el sexo o el aspecto físico. Tras los cuerpos, tras las palabras, tras el amor, tras el deseo están esas energías más poderosas.
domingo, 29 de abril de 2012
Me encantaría abrazarte de espaldas y besarte el cuello. Decir que mis manos existen para acariciarte, que si tengo la vida es para amarte… y que mi nombre es bendito sólo si lo nombras. Me encantaría hacerte sonreír y dar vueltas por la cama haciéndote cosquillas. Hacer un camino de besos desde tu vientre hasta tu boca. Teclear en tus piernas la Serenade de Schubert. Besar tus manos en forma de agradecer tu existencia pues en ellas sé que me sentiría digno de estar vivo. Susurrarte al oído, hacerte temblar. Decir que si el amor no existe, te lo invento.
J. Porcupine
La beso, a ella la beso, y no soy hipócrita. La beso como podría morderla, y a veces la muerdo, o comérmela y masticarla y digerirla. Porque hay una desesperada necesidad, casi diría una obligación, de marcar al otro, a la otra, aunque sea con los dientes, y aunque alguno de estos sea postizo. Dejar una marca propia es cosa de vida o muerte, o de muerte solamente, porque la intención subterránea es pasar la muerte, es seguir existiendo después del fin. Y a esos efectos tanto sirve la existencia de un hijo como la de una cicatriz. Después de todo, también el hijo es una cicatriz. Buena definición para proponer a la Academia. Hijo: cicatriz de amor.
Mario Benedetti
Mario Benedetti
Aún no he podido contarle a nadie que de vez en cuando lloro desconsoladamente por la pérdida. No sé si la gente lo entendería; no sé si la gente intentaría entenderlo. La gente entiende lo que quiere entender, lo que le interesa. Sé que puede parecer que esté dolido con la sociedad, y la verdad es que en aquel momento lo estaba.
¿Que puedo decirte en este momento?
Las lagrimas caen una por una en la hoja de papel y me impiden escribirte, el hueco en mi pecho no hace mas que llamarte e implorarme que te busque, que me arriesgue. Me dueles aqui dentro vida, en lo mas profundo y verdadero que puede existir en mi, te encuentras, pero cada día cavas una herida que seguira produciendo dolor, ¿que puedo hacer para impedirlo? No lo sé.. el cafe no ayuda, mi insomnio solo me produce pensamientos que hacen mas notorio cuanto te necesito, cuan fundamental es sentirte en cada paso que de. Mi interior grita tan fuerte que me es difícil seguir luchando.. Te busco, unicamente a ti, producto de cada cicatriz de mi alma.
Dibi
Escribo porque mi cerebro se comunica mejor con mis manos que con la lengua. Porque el papel es un filtro, una coraza, entre mis palabras y los ojos del otro. Porque me odio menos escribiendo que hablando. Porque mientras escribo puedo corregir, escoger una por una las palabras y nadie me interrumpe ni se desespera mientras las encuentro. Por un ameno vicio solitario.
Héctor A.F
Héctor A.F
sábado, 28 de abril de 2012
El hecho es que uno construye para sí grandes historias y puede seguir creyéndolas durante años, no importa que sean locas e inverosímiles; se las lleva encima y punto. Se puede incluso ser feliz, por cosas de esta naturaleza. Feliz. Y esto podría no terminar nunca. Luego, un día ocurre que algo se rompe en el corazón de ese gran artefacto fantástico, tac, sin ninguna razón, se rompe de improviso y tú permaneces allí, sin entender por qué razón toda aquella historia fabulosa ya no la tienes encima, sino delante de ti, como si fuera la locura de otro, y ese otro eres tú. Tac. A veces basta una insignificancia. Aunque sea sólo una pregunta que asoma. Eso es suficiente.
Alessandro Baricco, Oceano Mar.
viernes, 27 de abril de 2012
jueves, 26 de abril de 2012
Hay personas tan guapas que duele verlas, que hacen daño. Sabes a lo que me refiero, ¿Verdad? No digo belleza clásica, de esa de proporciones perfectas, si no más bien hablo de una que se va creando, que va naciendo de esa persona hacia ti, que fluye y va creciendo. Crear pequeños detalles es necesario y preciso, despeinarle las cejas para que te mire mal y haga ese gesto que te vuelve loco, inmovilizar y hacer cosquillas en los pies será estrategia cuando requieras oir su risa. Haciéndole masajes forjarás el vínculo entre la piel y se te grabará en la cabeza la posición de sus lunares, cornisas a las que te agarrarás con las manos a la vez firmes y temblorosas. Gestos infinitesimales, tan pequeños que no hay manera de verlos desde fuera ni de medirlos desde dentro, simplemente están y son lo que son, vuestros pequeños trozos de realidad compartida.
Igual que escribir, leer es protestar contra las insuficiencias de la vida. Quien busca en la ficción lo que no tiene, dice, sin necesidad de decirlo, ni siquiera saberlo, que la vida tal como es no nos basta para colmar nuestra sed de absoluto, fundamento de la condición humana, y que debería ser mejor. Inventamos las ficciones para poder vivir de alguna manera las muchas vidas que quisiéramos tener cuando apenas disponemos de una sola.
M.V. Llosa
M.V. Llosa
Se siente un alivio tremendo no cargar con fantasmas. Sentir que me he librado del pasado, que no me importaría que las sombras salieran a flote, porque nada de lo que existe ahora en mi vida podría desvanecerse por ellas. Me deshago de potenciales amenazas y extorsiones con una sonrisa, con la certeza de quien sabe que no ha hecho en su vida nada lo suficientemente grave como para perder nada de lo que ahora tiene.
miércoles, 25 de abril de 2012
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