miércoles, 24 de abril de 2013

El amor hace que quieras ser un hombre mejor, vale, de acuerdo. Pero a lo mejor el amor, el verdadero amor, también te autoriza para ser simplemente el hombre que eres.

"Por eso mejor callar, mejor no hablar, mejor no amar, no odiar, no caminar, no ser, mejor pegarse al rumor negro de la ciudad y dejarse llevar por el, montarse en su corriente alucinada y solo ser yo aquí, tú allá..."

Acortar la distancia para destruir el encanto.

Los únicos regalos del mar son golpes duros, y ocasionalmente la chance de sentirse fuerte. No conozco mucho acerca del mar, pero sé que así es. Y también sé lo importante que es en la vida no necesariamente ser fuerte, sino sentirse fuerte. Medirse uno mismo aunque sea una vez. Encontrarse aunque sea una vez en las más primitivas condiciones humanas. Enfrentando la ceguera y la sordera solo, sin nada que te ayude excepto tus manos y tu propia cabeza.

La fuerza del destino normalmente sólo coloreaba, de forma monótona y silenciosa, el borde de su vida, como un sonido de fondo grave. Era raro que le recordara su existencia. Pero, en algunos casos (no podía saber cuáles porque no parecía seguir pauta alguna), esa fuerza aumentaba y lo conducía a una renuncia profunda parecida a la parálisis. En esos casos no había más remedio que dejarse llevar por la corriente, abandonarlo todo. Porque él sabía por experiencia que, hiciera lo que hiciese, pensara lo que pensase, la situación no se alteraría un ápice. El destino se lleva siempre su parte y no se retira hasta obtener lo que le corresponde. Estaba convencido de ello.

Fue como si me volviese el alma al cuerpo, y pensé "esto es bizarro, completamente inaceptable" pero supongo que después de tanto tiempo nos debíamos de enterar. El amor es una barrera, y si la cruzamos, estamos cavando un hoyo, uno muy grande, del cual no podremos escapar aunque queramos, así que tened cuidado, porque esta arma dolorosamente mortal puede endulzarte y después.. Después hacer lo que querad con vosotros.
Dibi

domingo, 14 de abril de 2013

Aquellos días donde tenía corazón.

Y le subo el volumen a la música para no oírme gritar tu nombre, para olvidarme por momentos de esta absurda realidad que duele porque ya no estas, porque mis ojos te llaman y tu no apareces, porque mis letras se agotan y ya no habrá quien las consuele.

Te amo, te lo dije, y es el único aliento que queda.
Dibi