viernes, 29 de junio de 2012

Y he dejado reposar la mentira como si fuese un naufragio, como un dolor que al menos yo podría controlar.

Así me entretengo. Voy repasando objetos como si ellos pudieran decirme algo, como si fueran a darme un consejo o una bofetada. Miro los posters de las paredes, el escritorio, las estanterías con todas esas cajas apiladas encima de ellas, el suelo lleno de vaqueros y camisetas tiradas, de zapatos que no uso, ¿qué demonios hará un paquete de galletas abierto en el cesto de la ropa sucia?. 
Y eso hago, como decía: fumando. Con esa aspereza de a quien le cuesta afeitarse más de una vez cada dos semanas, distante y callado como un francotirador sin objetivos. Esperando. Que el vacío tome forma y haga ruido como la angustia, que chirríe un crepitar de deseos muertos en nuestros oídos, que las migas reconozcan su moho de camino de vuelta a la desesperada. Que los pétalos marchiten la escarcha hasta perderse como un hielo en alcohol, que el verano prohíba las minifaldas, que no exista el brillo después de tus ojos, que hasta la luz se pudra, y se apague de nostalgias el sol. Que no haya nada más allá de la puerta cerrada de la habitación, que se llenen de frío la cama, el whisky, los cigarros, que la carcoma termine con el delirio alcohólico de las esperanzas, que se rompan las ventanas o que los pájaros se mueran sin ti.
Tayler Durden 
Algo regamos mal, porque por dentro nos crecieron candados de llaves ajenas. Silencios que en su estado avanzado de putrefacción no eran nada más que eso: silencios. Como un enorme desierto de arena y de nada, como montañas inquebrantables ocultas bajo el espeso sudor de una niebla. El vacío también es un sentimiento. Así que cuando vi tus ojos llenos de lágrimas dejé de creer en los oasis. Llegados a un ahora que no lo parece, disfrazados de distancia como en común acuerdo, con esa belleza que tienen las fotos en blanco y negro de siglos pasados, nos miramos consumiéndonos el uno al otro con un pronóstico de ceniza en cada calada. Desgastados como neumáticos viejos y asumidos como el imposible amanecer de un sueño al que se da por perdido, sin poder dirigir la osadía ni encontrarle a la valentía un timón, rotos como unos vaqueros o como una mirada que empieza a recoger los cristales del espejo interior que gotean crucigramas de adioses que van bajando por nuestras mejillas. Se cayó la bandeja de plata y con ella la bebida, mi amor.  
Llegados a este aquí tan distante, a esta rutina de esquelas que es la tristeza en cada palabra, vulgares en los gestos y hábiles en los amaños, con las trampas colocadas alrededor nuestro por si alguno quisiera
huir y no supiera. Creo que no me preocupa tanto el hacernos daño, como que estemos en ese punto en que seamos incapaces de hacérnoslo. Apagados, como la leña después del fuego, soplamos la ceniza que queda en nosotros resignándonos a limpiar al menos lo que ya no arde. Porque cuando se nos hizo tarde todavía no éramos viejos pero ya no había vaho en nuestros suspiros, parecía invierno y con un beso volvimos cada uno a ese frío del tu a lo tuyo y yo a lo mío.
Tayler Durden

jueves, 28 de junio de 2012

"Ha llegado la hora. Tenemos versos de sobra para haceros sangrar, reír, temblar. Sudamos cuando escribimos y aunque nos cierren la boca seguiréis escuchando nuestros gritos. Somos los que saltan la valla del metro para gastarnos el euro tomándonos una caña, los que llenamos las paredes y los cuadernos de historia con poesías improvisadas por no escuchar al profesor. Nos encanta mirar por la ventana. Estamos detrás de las papeleras, en las plazas llenas de botellón y noche, en los bares que cierran pero no cierran, en los callejones que prescinden de salida, en las puertas de las cocheras, en locutorios infiltrados, en oficinas, en tiendas. Estamos en ese beso que se dieron esos que estaban enamorados, en la barra de aquel bar donde una mano se quitó un anillo y sólo dijo “nunca más”, estamos en ese velero que se equivocó de mar y terminó navegando en el desierto. Por eso lograremos algo. Dieron por muerta la poesía y crecimos entre las ruinas y el asfalto. Nos hemos educado al revés porque a derechas era aburrido. Sabemos vomitar. No fingimos los orgasmos. Los tejados y el cielo son sitios parecidos que nos resguardan los maullidos de noche. La luna es una dama que nunca nos cobra por el servicio (gracias guapa, te queremos). Sabemos de constelaciones, de zapatos viejos, de camas ruidosas, de coches de tercera mano. Sabemos que 2 y 2 nunca será igual a 5. A veces lloramos. Y a veces reímos. Algunas palabras las pronunciamos con mucho cuidado – amor, libertad, esperanza… - . El resto es un reto de lengua deslenguada y de ocasión, porque hemos venido a cambiaros la mirada, a sacaros una sonrisa, a tocaros el corazón. Estamos aquí para limar en algo la vida diaria, para poner algunas cositas en su sitio, para firmar este escrito con claro signo de pro-vocación. Y la luna, que esta noche nos fía una vez más."
Tayler Durden

miércoles, 27 de junio de 2012

Despertamos juntos sabiendo que sería el último día; la distancia y el dolor reprimirían nuestro deseo. Luego nos despedimos sin mayor dolor, un beso que ya no queda en la memoria: los labios que me habían visto enloquecer con sus jugueteos ¡Nunca más! Y así terminó lo que inició con estrellas, mar y noche. O al menos eso dijo ella. La inocencia permeaba sus miradas. Ella nunca quiso enamorarse; él no ofrecía escapatoria. Su voz era un seductor recorrido por senderos jugosos, coloridos y desconocidos. Sus palabras simulaban nubes de ternura con diluvios de tranquilidad en campos de amapolas. Nubes rosas. Eso sentían. Mucho tiempo pasó hasta que se encontraron. Ahora sus palabras estaban impregnadas de saliva; ambos confesaban con susurros, se miraban con sus manos, cada tacto como una explosión de sinsabores de un agridulce espeso y achocolatado. Ella desconfió, buscó nuevos recorridos. Luego volvió. Él la recibió, tampoco quiso divagar por rumbos diferentes. Juntos creyeron que eternizarían un sueño. Acto malvado el de las manecillas del reloj; recorren el camino vicioso acumulando segundo tras segundo con la indiferente prepotencia de quien se sabe impenetrable e inderrotable. Burlón mira un pasado que prometía tiempo, un cuento que omitía fin. Ellos cargaron con el mundo en la espalda un par de veces; ilusos creían que lo sostendrían. Sus cuerpos se juraban el universo, la magia de la fantasía, lo efímero del tiempo; la verdad absoluta. El peso de lo imposible agrietaba sus huesos, diluía sus esfuerzos. Ella vivía perdida en vacíos infinitos mitigados con partículas de sal. Ninguno lo entendía: la culpa, fiel antagonista irrisoria se descargaba sin piedad. Él se había perdido en seductores ramajes y todos, como en una comedia siniestra, disfrutaban el hedor. El viento jamás arrasará con su dolor. El hipnótico mundo del ensueño terminó: nuevas historias quieren contarse. El tiempo vuelve a mirar burlón el final de una obra inimaginable. Ahora no se hablan, no se miran, no se escuchan, no se sienten, no se odian. Es la obra macabra de un silencio sepulcral. Un amargo se rehúsa a eliminar su sabor. Es el amargo de un café negro después de un sexo inconfundible entre miradas imborrables, murmullos armónicos, voces grotescas, caricias violentas, gotas de un sudor elocuente; fluidos de una esencia demente…. Y juntos sabían el dolor de un amor demente.
Ana Botero

Que quién quisiera música la oyera dentro de su propia cabeza, que para algo bueno nos ha de servir la memoria.

Así estaba cuando vio al marido levantarse, con los ojos fijos, como un sonámbulo, dirigiéndose a la cama de la chica de las gafas oscuras. No hizo un gesto para detenerlo. De pie, sin moverse, vio cómo él levantaba la manta y se acostaba después junto a ella, cómo la chica despertó y lo recibió sin protestas, cómo las dos bocas se buscaron y se encontraron, y después lo que tenía que pasar pasó, el placer del uno, el placer del otro, el placer de ambos, los murmullos sofocados. Ella dijo: Doctor, y esta palabra podía haber sido ridícula y no lo fue. Él dijo: Perdón, no sé que me ha pasado. Realmente teníamos razón, cómo podríamos nosotros, que apenas vemos, saber lo que ni él sabe. Acostados en el catre estrecho, no podían imaginar que estaban siendo observados, el médico seguro que sí, súbitamente inquieto. Estaría durmiendo la mujer, se preguntó, andará por los corredores como todas las noches. Hizo un movimiento para volver a su cama, pero una voz dijo: No te levantes, y una mano se posó en su pecho con la levedad de un pájaro. Iba él a hablar, quizá a repetir que no sabía lo que le había ocurrido, pero la voz dijo: Lo comprenderé mejor si no dices nada. La chica de las gafas oscuras empezó a llorar: Qué desgraciados somos, murmuraba. Y después: También yo quise, también quise, el doctor no tiene la culpa. Calla, dijo suavemente la mujer del médico, callémonos todos. Hay ocasiones en las que de nada sirven las palabras, ojalá pudiera llorar yo también, decirlo todo con lágrimas, no tener que hablar para ser entendida. Se sentó al borde de la cama, tendió el brazo por encima de los dos cuerpos, como para ceñirlos en el mismo abrazo, e inclinándose hacia la chica de las gafas oscuras murmuró muy bajo en su oído: Yo veo.
José Saramago.
Hasta ese punto puede engañarse el espíritu cuando se rinde a los monstruos que él mismo ha creado.
José Saramago.

Es una vieja costumbre de la humanidad ésa de pasar al lado de los muertos y no verlos.

Tened paciencia, tened paciencia, no hay palabras más duras de oír, mejor los insultos.

Qué bonito sería ver los árboles del bosque huyendo del incendio.

Y quizás te encuentre al final de mi camino, con cada letra a punto de terminar tanto rumbo inexistente, con pequeñas partes sin dueño luchando por encontrarse, con grietas que se cierran sin dejar cicatriz alguna, con millones de abrazos que gritan no me sueltes
No permitas que ese profundo vació llegue hacia nosotros y se oscurezca alla afuera dejándonos fríos, que las despedidas ya no sean nuestros comienzos, que cada beso que mandamos no llegue a tiempo; deja que todas las noches te encuentre construyendo un idioma que solo nosotros podamos entender, que cada sonrisa combine con lo que sentimos, que me rodee de este espacio tranquilo donde tu mirada me revela lo que somos y cuanto he llegado a quererte. 
Sigue regalandome ese color que tanto me gusta, y nunca olvides que no puedes irte de mi mano.
Dibi
Escribo poesía porque nunca he sabido que hacer con ella.
Inés Mago

La vida rara vez imita a la literatura que uno practica y demasiadas veces a la literatura que uno desprecia.

No te dejará dormir este estrépito infinito.

jueves, 21 de junio de 2012

Me encantan los autores cuyo estilo no se parece al mío. Entrar en una estética alejada, extranjera, me proporciona la curiosa sensación de estar en casa. No busco confirmarme cuando leo. Busco más salir de mí.
A. Neuman 
Miedos literarios no tengo ninguno. Siempre he sabido muy bien lo que quiero hacer y me levanto y lo hago. Me levanto por la mañana y a las siete y ocho estoy escribiendo. Ya tengo mis notas y ya empiezo. Así que entre mis libros, mi mujer, mis amigos y mis amores, ya tengo bastantes razones para seguir viviendo.
Carlos Fuentes

miércoles, 20 de junio de 2012

Porque tengo más deudas con su espalda de las que nadie tendrá jamás con la luna (y mira que hay tontos enamorados en este mundo).

Quiero decir que a mí de versos no me tienes que decir nada, que hace tiempo que escribo los míos.

Una vez más, solos ante el abismo de lo desconocido. Solos ante nosotros mismos. Solos frente a alguien en quien quieres depositarlo todo.

Somos una imposibilidad en un universo imposible.

Me entregaré a las letras cada vez que regreses.

No importa que no pueda acurrucarme para que tú me envuelvas sin saberlo, para que tú me abraces sin sentirlo, para que me retengas mientras yo tiemblo y digo simplemente palabras que no escuchas.
Julia Prilutzky

Dile que no se oculte, amor, y dile que ya no tengo rostro ni señales de haber vivido antes de quererme.

Qué importa lo que vendrá después del gran silencio.
Julia Prilutzky

Te escribo nuevamente desde una tarde helada de esas en que nos puede el sentimiento y la obsesión.

Tenemos que aprender a no asombrarnos de habernos encontrado, de que la vida pueda estar de pronto en el silencio o la mirada.

Ya ves que no hablo para otros aunque sean otros los que escuchan: dime, si quieres, que sigo jugando con palabras, que también yo las mezclo y las tiro en el tapete.
 Julio Cortázar

Todo lo barajaré otra vez para encontrarte como quiero.

Sigo esperando lo que nunca he de saber. Sigo creciendo sin preguntarme hacia dónde.

¿Qué gano con saber que soy débil?

Supongo que morirse será dejar de escribir.

Tantos días iguales que de momento han desaparecido porque te encuentras aquí, con tu aroma en mi cabello, con la sombra de tu mano haciéndome compañía, con un otoño juntos muy próximo a descubrir, con mis ojos sin miedo a ser cerrados, con sonrisas que me hacen soñar despierta y me permiten conocerte un poco mas, haciéndote inevitable en mi camino e ignorando que podría existir un final, con cada mentira del pasado siendo cubierta por tus abrazos, por cada parte de ti que me es permitida tocar.. No te dejare, no ahora, ni mañana, nunca.
Dibi

sábado, 16 de junio de 2012

Veo al que fui hace tiempo. Me espera el que soy ahora. No sé cuál de los dos está más viejo.

Caminamos entre lo que tú tratas de decirme y lo que realmente me dices, porque ya nada sea agita más acá en el silencio, y nada huele más limpio que los sueños de una muchacha desesperada.

Sería horrible darse cuenta de que nunca hubo nadie.

El poeta más grande es aquel que nunca olvida su dolor y grita por él.
Alejandro Dumas.  

No sabía que nos estábamos despidiendo.

Cuando volverás a ser lo que no fuiste nunca.

Que hoy te veo y aunque lo intente no se me olvida que eras tú el que no creía en las despedidas.


No sé cómo empezó esta cosa extraña de las calles. No sé. Pasaron muchas cosas, pasaron las navidades, pasaron los regalitos envueltos en papel verde y rojo, pasaron los helados de vainilla, los parques y de pronto quedé en frente del vacío. El tiempo que estaba envuelto en papel de regalo se había ido a otra parte. Entonces los días empezaron a ser diferentes. Me empecé a sentir así, como en un asfalto. La vida se convirtió en eso, en el ruido de una vitrina que estallaba por un disparo y entonces los pulmones y los ojos y la geografía de mis manos se me llenaron de pólvora, me levantaba en las mañanas, inspeccionaba mi espectro difuso en el cristal y sentía como si me fueran a arrestar y tal vez la única opción que me quedaba era salir corriendo hacia la nada, correr por las calles, romperme, desconectarme, no había caso. 
Rafael Chaparro
- Ayer me dijo que estaba cansado de pasar solo todas las noches y que le gustaría enamorarse, y hoy me dice lo contrario.
- Ayer llovía, oficial.
- ¿y eso qué tiene que ver?
- Que siempre que llueve sueño con el amor.
- ¿Y cuando pasa la lluvia se despierta?
- Automáticamente, oficial.
Jose Sbarra

También los silencios atan.

Dejaría de amarte muy pronto si fuese cierta tu promesa de que eternamente serás mía...

Dejaba que el viento seco lo despeinara, que despeinara los sueños, las manos llenas de soledad, los dientes llenos de palabras secas.

jueves, 14 de junio de 2012

En aquellas palabras que en su interior llevan mas que un solo significado se encuentra la manifestacion y el cariño para ese angel, que cada dia me ilumina con una sonrisa, ese angel que pone en descubierto mis defectos, ese angel que tiene un corazon aun mas transparente que el agua y mas puro que el viento...
♥ 

miércoles, 13 de junio de 2012

lunes, 11 de junio de 2012

Dime por favor dónde estás, en qué rincón puedo no verte, dónde puedo dormir sin recordarte y dónde recordar sin que me duela. Dime por favor dónde pueda caminar sin ver tus huellas, dónde puedo correr sin recordarte y dónde descansar con mi tristeza.

Yo diría que hay que empezar a apoderarse de las calles. De las esquinas. Del cielo. De los cafés. Del sol, y lo que es más importante, de la sombra.

Te quiero. Gracias por que vives, porque ayer me dejaste tocar tu luz más íntima y porque dijiste con tu voz y tus ojos lo que yo esperaba toda mi vida.
Frida Kahlo.

Te he dejado lunas en la despensa por si acaso es que oscurece…

Sólo en sueños, en la poesía, en el juego -encender una vela, andar con ella por el corredor- nos asomamos a veces a lo que fuimos antes de ser esto que vaya a saber si somos.

Es común que en las noches de insomnio sea teóricamente más decidido que durante el día, en los hechos.

Pero como nada tiene realidad … dispone a tu gusto de estas ilusiones.

Si de algo soy rico es de perplejidades y no de certezas…

Esa luz es tan usted, algo que viene y va, que se mueve todo el tiempo.

Entonces está el amanecer y una fría soledad en la que caben la alegría, los recuerdos, usted y acaso tantos más.

Lo que me gusta es escribir y cuando termino es como cuando uno se va dejando resbalar de lado después del goce, viene el sueño y al otro día ya hay otras cosas que te golpean en la ventana, escribir es eso, abrirles los postigos y que entren.
Julio Cortázar.

Supongo que la soledad, al fin y al cabo, no es otra cosa que esperarte.

Quizá haya enemigos de mis opiniones, pero yo mismo, si espero un rato, puedo ser también enemigo de mis opiniones.

Ciertas cosas te quedan como un tatuaje en el cuerpo. Yo tengo algunos versos tatuados en la memoria.

Después de ese dolor redondo y eficaz, pacientemente agrio, de invencible ternura, ya no importa que use tu insoportable ausencia, ni que me atreva a preguntar si cabes como siempre en una palabra.
Mario Benedetti

Que pierdas rápidamente esa fea costumbre de no estar conmigo.

¿Sabes que es lo más doloroso de que te rompan el corazón?, no acordarte de cómo te sentías antes.

En cualquier noche puede salir el sol.  Oscura y sola era la noche, en la que muchos sentimientos quedaron encerrados, invisibles entre tantos puntos brillantes y diferentes que atraen tu mirada dejando ciega la existencia de ese a amor encarado y negado ante la luna. 
Silenciosa compañía.

Y te fuiste lejos para que nadie quisiera salvarte en el último momento.

Escribir… es lo único que veo más allá de este momento… en esa gran aridez con la cual represento lo que va de mi vida.

¿Distancia?, más lejos están las estrellas y nos iluminan cada noche.

Me basta mirarte para saber que con vos me voy a empapar el alma.

Después que cierras los libros, te das cuenta que el mundo no es nada como lo que esta escrito allí.  
¿Podés leer como yo todas las entrelíneas? Por eso te decía hace un rato que a lo mejor estoy feliz y eso es lo que me vuelve un poco extraño. Estar feliz y sin embargo no ser feliz. Ah, pero nunca imaginé que el estar feliz incluyera ¿sabés? tanta tristeza.  
Mario Benedetti 
De todas aquellas manos, la suya era la única que transmitía la vida. 
 Mario Benedetti.

Todo estuvo tan bien, que no vale la pena escribirlo.

Muy a menudo en lugar de pensar, imaginamos.

Los libros que leí, las teorías que frecuenté, se debieron a mis propios tropiezos con la realidad.

Existe cierto tipo de ficciones mediante las cuales el autor intenta liberarse de una obsesión que no resulta clara ni para él mismo. Para bien y para mal, son las únicas que puedo escribir.
Ernesto Sábato.

Necesito tu voz donde la mía falla.

¿Pero no hemos vivido así todo el tiempo, lacerándonos dulcemente?

Era curioso: en mi sueño sentía menos horror que en la realidad..

Y sépalo usted, que el amor llego a mi vida, y no tocando la puerta, o entrando por la ventana como dicen que llega. Ha llegado derrumbando la casa, tumbando las paredes, arrancando el piso, sacudiendo el alma…

Soy el extranjero que descubrió tu rostro y se animó a escribirlo, que era como besarlo.

Lo bastante despierto como para dejar entrar la noción del engaño.

Sé que existo, si me nombras.

Quizás por haber sentido tanto, me quedé sin sentidos. Anestesiado. Agoté lo que tenía almacenado. Digamos que me gasté.

La nostalgia siempre será llenarme los pulmones de agua, un mar dentro en calma. La nostalgia será siempre encontrarte con la boca llena de sal, a la orilla, en la deriva de ese tu nombre, de ese tu cuerpo, de ese tu cuerpo en eco, porque las palabras me han abandonado e insisten en mostrarme que la nostalgia es eso: tu cuerpo, tu mar, los pulmones llenos de agua y tu boca de sal.

domingo, 10 de junio de 2012

Jamás será modelo de televisión, porque aún no hacen anuncios para el corazón.

Detrás de todo este espectáculo de palabras, tiembla indeciblemente la esperanza de que me leas, de que no haya muerto del todo en tu memoria.

No podía decirle lo que ella hubiera entendido como locura o manía y que lo era pero de otro modo, desde otras orillas de la vida; le hablé de su mechón de pelo, de su bolso rojo, de su manera de mirar el anuncio de las termas, de que no le había sonreído por donjuanismo ni aburrimiento sino para darle una flor que no tenía, el signo de que me gustaba, de que me hacía bien.
Julio Cortazár.

En algún momento había empezado a sentir, a decidir que un vidrio de ventanilla en el metro podía traerme la respuesta, el encuentro con una felicidad, precisamente aquí donde todo ocurre bajo el signo de la más implacable ruptura, dentro de un tiempo bajo tierra que un trayecto entre estaciones dibuja y limita así, inapelablemente abajo.

Se propuso dormir en seguida, y se desveló como nunca.

Hueles a nosotros.

Y descubrir que hay tanto cariño guardado en una mano, en una sonrisa, en una mirada que te guarda de un mundo cruel y despiadado, que reclaman partes de ti que has privado, que aun no han sido descubiertas, que es mejor no conocer, que solo te piden un poco del color que posees.. Tanto calor abrumador en gestos, en abrazos, en palabras. Lugares que estan ya marcados en lo mas profundo que tengo, y que si intento olvidarlos, estoy segura que me perseguiran hasta entender que no podre vivir sin ellos, que me hacen ser la persona que soy ahora, que me hacen escribirle a tan oscuras horas de la noche.
Dibi

Cuidado con la tristeza. Es un vicio.

Un hombre está dispuesto a creer aquello que le gustaría que fuera cierto.

Y elogiarte en la más perfecta soledad a la hora en que tu nombre es la primera lumbre en mi ventana.

Acá los poetas mienten.

No sé qué tengo de ti, un jirón apenas, tal vez, pero me ayuda a estar.

Yo que escucho tu voz y me alegro, pero es muy tarde, no era tu voz, era un eco.

Yo, que los tributos los pago en sueños; que mis poemas predicen el futuro, que me hago madrugada, repito palabras, decoro el espacio, le doy sangre a las estrellas, y siento unas ganas terribles de visitar otros planetas.

Yo que no escribo porque quiero. Yo, yo, yo, yo y mis diálogos internos. Yo que me acompaño todo el tiempo, y termino odiando mi presencia.

sábado, 9 de junio de 2012

Todo lo que está en mi mente es mío menos tú, quizás porque a ti no te imagino, tú ya eres.


A picture by me.

Somos muy capaces de ver las innumerables mentiras, pero la verdad se nos escapa como un punto negro en una noche oscura.

Tal vez eso fue. Tal vez se cansó de escuchar tantas verdades.

viernes, 8 de junio de 2012

Es que quería decirte nada más que me quieras mucho porque yo te adoro. Me debes mucho amor todavía.

A la luz de tus ojos ya no le crece mi sombra…

Y aun así habré de llegar a la conclusión de que no hay un ser más culpable que yo, ni lo habrá, sobre la tierra. Y empiezo a pedir así: Por las cosas que siento y por aquellas que odio sentir, por mi mala cabeza, porque ella no dejará de reír, por las lunas nuevas, por las cosas revueltas que dan vueltas dentro de mí, por seis años de penas y por cosas que ni tan siquiera me atrevo a decir. Perdón por mis pies siempre fríos, por la noche pasada, y por la otra, y por aquella también. Perdón por el Gran Sinsentido, por querer comprenderlo y, sobretodo, por no comprender … Perdón.
Nacho Vegas.

Usted puede ser tan pesimista, o en su defecto, tan existencialista como quiera. Sin embargo también se ha enamorado. Como cualquier idiota.

Fíjate que la noche yo casi no la conozco.

Esto era el destino: llegar al borde y tener miedo de la quietud del agua.

miércoles, 6 de junio de 2012

Y ahora solo espero el dulce aroma de la noche, me recuerda que estamos juntos, que por una inexplicable razón del destino estamos ahora tu y yo, reconociéndonos, encontrando tanta soledad esparcida que podría estar agotándose, tu sonrisa no deja mi mente en todo el día, tu mirada me recorre todo el cuerpo y produce escalofríos emocionantes que me recuerda cuan viva me siento ahora. La luna es nuestra testigo, de tantas palabras que provocan una alegría inimaginable, de tantos sueños que podrían convertirse en uno solo, de cada duda que se evapora cada vez que te oigo decir mi nombre, de nosotros formando un quizás, un tal vez, un para siempre.
Dibi

Nunca quise quedarme en estos campos donde el calor sin tregua nos acosa y uno se contradice demasiado. Basta. Es necesario que me vaya, adiós a lo ganado y a lo perdido, me voy a otro lugar donde veneren la vida como una dádiva y enigma, la pasión del instante y el efimero sueño de la tierra.

lunes, 4 de junio de 2012

Son tiempos difíciles. El sol entra por las ventanas y se posa en los libros, se filtra por entre el humo azul del cigarrillo y nada de esto evita que los tiempos sigan oliendo tan difícil. Tal vez un café con crema ayude a diluirlo, pero sucede todo lo contrario. No hay azúcar. No hay duda.. 
Rafael Chaparro, Opio en las nubes.

Con la pena extrema uno también puede sentirse bien. Lo peor, tal como pensaba Máximo, son los estados intermedios, los entreactos, el aburrimiento, los domingos que se eternizan.

...Entonces escribir se convirtió en ver la hoja en blanco como una vena pulsante donde inyectábamos la heroína de las palabras. Escribir produce mareo, vértigo. Escribir es meterse en la botella rota de los significados, escribir es algo parecido a recibir un botellazo de whisky en la cabeza, produce el mismo aturdimiento lúcido. 
Rafael Chaparro, Opio en las nubes. 

Salimos a un parque. La tarde está un poco triste. Un poco rota. Un poco difusa. El cielo está gris y hace un poco de frío. Amarilla me dice que tiene ganas de tomarse una fotografía en un día triste. 
Rafael Chaparro, Opio en las nubes.

Quiero que arranques mi olor de tus silencios, de tus soledades, y de tus domingos rotos.

Por qué vivir si uno puede abrazarse.

Todo para terminar de matar esos viernes rotos, confusos y tristes.

Soy el dueño de mi pequeña soledad alquilada.

Hola mi pequeña herida, ¿Cómo te sientes esta mañana de verano?

Tirarse en sí mismo con una tal violencia que el salto acabara en los brazos de otro.

Por las veces que pude llamarte y no lo hice, por la ternura de tus cartas que no merecí: lloro el viento, ubico la luna en el lugar más tibio de mis ojos, robo las margaritas del barrio y las guardo en una caja de zapatos color gris, tapa rota con figuritas, primeros dientes, crayones mordidos, para que la infancia no se me olvide.
Victor Damián Cuello.
Esta calle no es una calle, y menos la calle de tu casa, esta calle sos vos amor, sos vos, otra forma tuya de ser, otra manera de existir, mirarla es descubrirte, recorrerla despacio es darte una caricia, porque esta calle no es una calle, y menos la calle de tu casa, esta calle sos vos, esta calle sos vos. 
Victor Damián Cuello.

Desde que sabes mi nombre el mundo ya no parece extraño.

domingo, 3 de junio de 2012

Ni imagino la mitad de vida que me queda sin ti, sin las promesas que pintamos en el cielo, la única promesa de tres que me haría feliz en la vida.  
Eso que nos junto alguna vez aún existe, es más fuerte, cada vez mas fuerte. Eso que nos unió una vez ahora se junta con el pasado que nada ni nadie nos puede arrebatar porque es sólo nuestro, y es lo que mas amo, es lo que quiero amar ahora y siempre, lo necesito y necesito mas que todo pensar en mi futuro, pero en mi futuro contigo. Necesito que no olvides nunca lo que nos trajo hasta acá ni lo que nos llevará hasta donde tu y yo queramos ir.
Este es, y será nuestro secreto siempre, esta será nuestra aventura transformada en letras.


¿Viste el cielo anoche? Esas eran, son  y serán nuestras estrellas.
Pd: Te amo aún a 3msc.


Lf

sábado, 2 de junio de 2012

No te preocupes, mis manos aun quieren abrazarte, aun quieren recordarte que puedo sostenerte si decides permitirlo, aun tienen ese sentido de urgencia al ver en tus ojos tanto dolor escondido. Sabes que las huellas de nuestro pasado no nos dejaran libres sin antes saber que sirvieron para unirnos, sabes que todavía existe la promesa inexistente de no mantenernos en el olvido, no dejes que esos fantasmas nos purguen nuestro pequeño escondite. No pienses en un futuro sin mi a tu lado, la oscuridad entre nosotras solo existe cuando lo permitimos, cuando tanta inestabilidad es la que rige en nuestras vidas. Te quiero a mi alrededor así sea con tu pensamiento, y deseo, con toda mi alma, que puedas ser feliz.
Dibi

viernes, 1 de junio de 2012

Extrañaba todo, sus historias, sus palabras, su compañía y mas que nada, extrañaba que fuera ella, esa mujer que por tantos años había permanecido de mi mano. 
Ahora la sentía distante, fría y algo decepcionada, y eso, era lo que mas me golpeaba el alma. Eso y su silencio. 
No quería arriesgarme a escribirle, no directamente. Sentía desde ya sus rechazos, sentía desde ya que leería y no querría ni siquiera responderlo.
Hoy no está conmigo, no se por cuanto tiempo seguirá ausente. Pero más que nada, si pudiera, le diría lo mucho que mi alma la necesita, lo mucho que mi alma la extraña y lo mucho que deseo que sea siempre solo ella quien siga complementando lo que por desgracia jamás lograré tener, que sólo ella tiene... porque ella, es la perfección completa, mi perfección, una parte de mi ser, inclusive, la mejor parte.


H;Orange.

Te estoy recordando sin poder detenerme. Y desde acá, desde el recuerdo, todo se ve tan… falso, con una eternidad que no quiero sentir.

Allá estás, y yo no sé qué pasa allá. Pero sé que allá nadie está llorando, y nadie recuerda nada que duela. Algo se está muriendo, pero no importa porque ya estaba previsto. Desde allá, desde el olvido, todo se ve tan… incógnito. No sé qué valor tiene el tiempo ahora. No sé qué valor tengo yo ahora. La eternidad del día de ayer es el dolor del día de hoy.
J. Porcupine 

Ni tus peores enemigos te pueden hacer tanto daño como tus propios pensamientos.

Convencidos de que las cosas perduran, no vivimos en el mundo sino en lo que imaginamos que es el mundo.

No confundas el amor con el esfuerzo que haces para que exista. 
Alejandro Jodorowsky

La certeza, como una piedra lanzada por un loco, derrumbó la cárcel de mis dudas.

Serás lo que debas ser o no serás nada.

Odian al poeta porque tiene una mirada que disuelve las máscaras.

La primera mirada que te di, se quedó en mis ojos para siempre.

La alegría es lo que sucede cuando nos permitimos reconocer cómo de buenas son las cosas en realidad.

Yo soy mío, tú eres tuya, pero tú y yo somos de nosotros.

En medio de una lluvia fría, bajo algún techo y cerca de cualquier llama… Nada sería mejor que un abrazo tuyo.

La mejor manera de detener el tiempo es que me mires.

Algunos están dispuestos a cualquier cosa, menos a vivir aquí y ahora.

Cuando no exijas nada del mundo, ni de Dios, cuando no quieras nada, ni busques nada, ni esperes nada, entonces la luz te llegará sin haberla invitado, sin expectativa. 
Sri Nisargadatta Maharaj 

Estar solo es en definitiva estar solo dentro de cierto plano en el que otras soledades podrían comunicarse con nosotros si la cosa fuese posible.

Tal vez todos llevemos dentro a nuestro propio perseguidor; tal vez termine siempre por atraparnos; tal vez conocer esto, y no asustarse, sea el secreto mismo de la existencia.

Acompáñame a estar solo, a purgarme los fantasmas.

Simplemente no puedo, este yo no puede incinerarse y nacer una nueva en medio de segundos, no me pidas cosas que deseo pero no logro cumplirlas, estas lejana, lo sé... pero aveces, en medio de ese despertar ingenuo, te siento, y solo así, logro sobrellevar mis días en un caminar con poca luz, nada de anestesia y muchos sueños esperando por cumplirse, así sean unas pequeñas partes.
Te añoro desde los fragmentos que se encuentran en todos mis sentidos y deseo, que en un día como estos, por fin te des cuenta que tanta ausencia no te sienta bien.
Dibi