viernes, 30 de marzo de 2012

Así que me iría... No me creíste porque siempre te lo dije de forma recriminatoria, simulando en mi mente sentimientos que ya se habían esfumado, que ya no existían entre nosotros, pero me lo imagino, imagino que soy libre, libre de ti y tu sonrisa cautivadora, libre de el brillo que existía en tus ojos cuando decía te amo, me imagino caminando sin mirar atrás, en mi hay una sonrisa como si supiera que lo que me espera es lo que siempre soñé  te imagino esperándome, sentado en nuestro restaurante favorito, en la misma silla donde me dijiste que tus brazos siempre estarían esperando para apoyarme, acariciarme, que se quedarían junto a mi el tiempo que deseare, te imagino pretendiendo que extrañas hasta las largas y lluviosas noches en las cuales corríamos por el parque para encontrar el lugar perfecto en el cual las estrellas se vieran mas cerca de nosotros, se que estábamos desesperados, necesitábamos algo de majestuosidad que ya habíamos perdido, queríamos creer que aun existía algo irreal en nosotros, porque sabemos que el amor cuando mas extraño, loco, apasionado e inexistente es, mas absurdamente lo disfrutas, ¿quien quiere lo que todos tienen?. 
Siempre ame nuestros paseos matutinos, adoraba tu forma de acariciar y salvar a todo animal que encontraras.. Así que camino, corro aveces, hacia lo que me espera, que aunque no se que es, se que no viene acompañado de ti, de tus abrazos, de tus besos, de tus palabras.
Dibi

Volvió a sonreír con aquella pequeña sonrisa culpable, como si aquella esperanza hubiera sido ridícula, una esperanza sobre algo que él no tenía ningún derecho.

Pero siempre entendemos demasiado tarde a los seres que más cerca están de nosotros, y cuando empezamos a aprender este difícil oficio de vivir ya tenemos que morirnos, y sobre todo ya han muerto aquellos en quienes más habría importado aplicar nuestra sabiduría.
Ernesto Sabato.
—Mirá esa luz en la ventana, en aquella casita —comentó, señalando con su mano—. Siempre me subyugan esas luces en la noche: ¿será una mujer que está por tener un hijo? ¿Alguien que muere? O a lo mejor es un estudiante pobre que lee a Marx. Qué misterioso es el mundo. Solamente la gente superficial no lo ve. Conversas con el vigilante de la esquina, le haces tomar confianza y al rato descubrís que él también es un misterio.
Ernesto Sabato.
Simplemente por debilidad, irritada de antemano, deprimida, sintiéndose una vez más culpable de casi todo: de hacer cosas y de no hacerlas.
Ernesto Sabato.

Entre este ser maravilloso y yo hay un vínculo secreto.

Nadie, nunca, sabría que yo había sido transformado en pájaro. Estaba perdido para siempre y el secreto iría conmigo a la tumba.

Desperté tratando de gritar y me encontré de pie en medio del taller. Había soñado esto: teníamos que ir, varias personas, a la casa de un señor que nos había citado. Llegué a la casa, que desde afuera parecía como cualquier otra, y entré. Al entrar tuve la certeza instantánea de que no era así, de que era diferente a las demás. El dueño me dijo:  
—Lo estaba esperando.                 
Intuí que había caído  en una trampa y quise huir. Hice un enorme esfuerzo, pero era tarde: mi cuerpo ya no me obedecía. Me resigné a presenciar lo que iba a pasar, como si fuera un acontecimiento ajeno a mi persona. El hombre aquel comenzó a transformarme en pájaro, en un pájaro de tamaño humano. Empezó por los pies: vi cómo se convertían poco a poco en unas patas de gallo o algo así. Después siguió la transformación de todo el cuerpo, hacia arriba, como sube el agua en un estanque. Mi única esperanza estaba ahora en los amigos, que inexplicablemente no habían llegado. Cuando por fin llegaron, sucedió algo que me horrorizó: no notaron mi transformación. Me trataron como siempre, lo que probaba que me veían como siempre. Pensando que el mago los ilusionaba de modo que me vieran como una persona normal, decidí referir lo que me había hecho. Aunque mi propósito era referir el fenómeno con tranquilidad, para no agravar la situación irritando al mago con una reacción demasiado violenta (lo que podría a inducirlo a hacer algo todavía peor), comencé a contar todo a gritos. Entonces observé dos hechos asombrosos: la frase que quería pronunciar salió convertida en un áspero chillido de pájaro, un chillido desesperado y extraño, quizá por lo que encerrada de humano; y, lo que era infinitamente peor, mis amigos no oyeron ese chillido, como no habían visto mi cuerpo de gran pájaro; por el contrario, parecían oír mi voz habitual diciendo cosas habituales, porque en ningún momento mostraron el menor asombro. Me callé, espantado. El dueño de casa me miró entonces con un sarcástico brillo en sus ojos, casi imperceptible y en todo caso sólo advertido por mí.
Ernesto Sabato
Yo creo que la verdad es perfecta para las matemáticas, la química, la filosofía, pero no para la vida. En la vida, la ilusión, la imaginación, el deseo, la esperanza cuentan más.
Ernesto Sabato.

¿Toda nuestra vida sería una serie de gritos anónimos en un desierto de astros indiferentes?

Por un instante su mirada se ablandó y pareció ofrecerme un puente; pero sentí que era un puente transitorio y frágil, colgado sobre un abismo.
Ernesto Sabato, El túnel.
Quizá la mirada, pero ¿hasta qué punto se puede decir que la mirada de un ser humano es algo físico?
Ernesto Sabato, El túnel.

Se puede estar al lado de otro ser, oírlo y tocarlo, y no obstante estar separado por murallas insalvables

No, no me cabía duda de que ella era auténtica. Hecho importante para la investigación ulterior. Y aunque se que una mujer es capaz de mentir fríamente hasta en los momentos más apasionados.
Ernesto Sabato.
Una tarde, por fin, la vi en la calle. Caminaba por la otra vereda, en forma resuelta, como quien tiene que llegar a un lugar definido a una hora definida.La reconocí inmediatamente; podría haberla reconocido en medio de una multitud. Sentí una indescriptible emoción. Pensé tanto en ella, durante esos meses, imaginé tantas cosas, que al verla, no supe qué hacer.La verdad es que muchas veces había pensado y planeado minuciosamente mi actitud en caso de encontrarla. Creo haber dicho que soy muy tímido; por eso había pensado un probable encuentro y la forma de aprovecharlo. La dificultad mayor con que siempre tropezaba en esos encuentros imaginarios era la forma de entrar en conversación.
Ernesto Sabato.
Recordé la mirada de ella fija en el árbol de la plaza, mientras oía mis opiniones; recordé su timidez, su primera huida. Y una desbordante ternura hacia ella comenzó a invadirme: me pareció que era una frágil criatura en medio de un mundo cruel, lleno de fealdad y miseria. Sentí lo que muchas veces había sentido desde aquel momento en el salón: que era un ser semejante a mí.   
Ernesto Sabato, El túnel.
Generalmente, esa sensación de estar solo en el mundo aparece mezclada con un orgulloso sentimiento de superioridad: desprecio al ser humano, lo veo sucio, feo, incapaz, ávido, grosero, mezquino; mi soledad no me asusta, es casi olímpica. Pero en aquel momento, como en otros semejantes, me encontraba solo como consecuencia de mis peores atributos, de mis bajas acciones. En esos casos siento que el mundo es despreciable, pero comprendo que yo también formo parte de él.
Ernesto Sabato, El túnel.
Lean lo que les apasione, será lo único que los ayudará a soportar la existencia.
Ernesto Sabato.
No era mi brazo lo que ella buscaba, sino el brazo de alguien. No era mi calor el que ella necesitaba, sino el calor de alguien.
Haruki Murakami, Tokio Blues / Norwegian Wood.
A veces buscamos lo que todavía no estamos preparados para encontrar. ¿Por qué será que algunos secretos te ahogan, mientras que otros te acercan a los demás de una manera que no querrías perder? Perder el sentido de los días, de las noches, del fluir del tiempo, la ausencia de citas, comer y beber tan solo cuando se siente la verdadera necesidad de hacerlo, vivir sin problemas, discusiones o celos. Pero no hay que asombrarse: el alma siempre sabe elegir la mejor banda sonora. Y las canciones no llegan nunca por casualidad. Como la verdad, por otra parte busco respuestas y, en cambio, sólo obtengo preguntas.
Tú no eres una persona cualquiera. Si hay una persona que no es cualquiera, ése eres tú. Y menos para mí. Eres como una segunda voz dentro de mí, que me acompaña día a día. Has convertido mi monólogo interior en un diálogo. Enriqueces mi vida interior. Indagas, insistes, parodias, entras en conflicto conmigo. Cuando te veo, de inmediato siento el imperioso deseo de dejar que te acerques aún más, de tenerte muy cerca…
Daniel Glattauer
"Quiero hacerle un cumplido. Me fascina que pueda interesarse tanto por una persona que no conoce de nada, que no ha visto nunca y probablemente no vea jamás, y de la que tampoco tiene nada más que esperar, ya que no puede saber si va a corresponderle. Es algo muy insólito en los hombres, y lo aprecio."
Daniel Glattauer
“Y algún día nos cruzaremos en un bar o en el metro. Fingiremos no reconocernos o no vernos, nos apartaremos rápidamente. Sentiremos vergüenza por lo que ha sido de «lo nuestro», por lo que ha quedado. Nada. Dos extraños con un ficticio pasado común, por el que tanto tiempo y con tanto descaro se habían dejado engañar.”
Daniel Glattauer
Físicamente no era más que el aire entre las teclas con las que yo la invocaba día a día a fuerza de escribir. Un soplo… y habría desaparecido. Sí, para mí hasta ese extremo hemos llegado: cerraré el correo, soplaré en mi teclado, bajaré la pantalla. Me despediré de ti.
Daniel Glattauer

jueves, 29 de marzo de 2012

Estaba constantemente rodeada por un silencio tan atronador que ensordecía.

¿Es así la vida normal? Lo pregunto porque estoy acostumbrada al dramatismo. Por lo general las cosas se resisten a salir como quiero. Estoy acostumbrada a luchar, quejarme y protestar para conseguir cosas que no son exactamente lo que quiero, pero que cubren el expediente.
Cecelia Ahern
Fue como si el mundo dejara de dar vueltas en ese instante. Como si todos los que nos rodeaban hubiesen desaparecido. Como si hubiese olvidado todo lo que me aguardaba en Irlanda. Fue como si esos pocos minutos hubiesen sido creados sólo para nosotros y lo único que pudiéramos hacer fuese mirarnos el uno al otro. Era como si el estuviera viendo mi cara por primera vez. Parecía confundido y al mismo tiempo complacido. Exactamente igual que yo.
Cecelia Ahern
Tiempo, hazme desaparecer. Entonces se unirá lo que nosotros desunimos mientras existimos.
Audrey Niffenegger, La mujer del viajero en el tiempo. 
"De repente, adquiero conciencia de mí misma como alguien que está en un prado, delgada y erecta, en un lugar donde todo se ha allanado. Me echo al suelo, esperando que la tormenta, que se arremolina, no repare en mí, y me tiendo de espaldas, mirando hacia arriba, cuando el agua empieza a caer del cielo. Se me empapa la ropa en un instante, y en ese mismo momento noto que Henry está ahí, siento una increíble necesidad de que él este ahí y ponga sus manos sobre mí, aun cuando me embarga la sensación de que Henry es la lluvia y yo estoy sola, deseándolo."
Audrey Niffenegger, La mujer del viajero en el tiempo. 
Podría pasar por la pena, esa accion desmeritada, esa culpa que sentire despues de hacerlo; puede ser un poco insensato, irreverente, incluso imprudente pero es mas fuerte que yo... No tendrás el tiempo de reaccionar, es imposible casi para cualquier ser humano no bloquear sus sentidos si una persona se acerca, tímida e impetuosa que busca su atencion, unos cuantos segundos que le toma al decir tres palabras que provocan mil preguntas... "no podemos continuar", te desencajas, tus ojos reflejan la confusion, las palabras no salen, tomas mi mano e intentas cambiar mi pensamento; lloras, buscas mi mirada... ¿Buscabas mi absoluta desesperación, mi poca importancia o mi inmenso arrepentimiento?; es mas frustante cuando no tengo duda de que la intencion no va mas alla de un adios, hasta nunca, se acabo... Si te heri lo siento, si es dificil olvidar lo entiendo, se que el pasado no sera parte de tu futuro, si aun tienes mi corazon y no lo quieres dejar, buscaras la forma de aliviar tu dolor y yo buscare la forma de no dejarte sanar siendo la medicina, se que al decir "lo quiero y por eso lo dejo ir" no solo se miente a la razon, es la misma deficion hipocrita de autoflagelacion sin heridas externas pero con una profunda tristeza dentro, mi corazon puede sangrar pero jamas lo sabras...
Tm
La noche se hace eterna, Miras a todos lados y aun asi no vez nada o al menos lo que quisieras ver... Giras a un lado, frente a ti no sientes el mismo calido respirar que escuchabas hasta dormir, no se encuentran las curvas casi perfectas que solias admirar y abrazar, no encuentras las mejillas que te gustaba rozar con la yema de los dedos, no puedes sentir mas esos labios suaves y libres de cualquier color artificial cubriendo la perfeccion de la curva de esa sonrisa, esos delicados labios, los unicos que deseabas besar hasta quedar sin aliento cada noche... El viento entra por la ventana en la noche serena y te produce el mas grande frió que no te permite descansar; si el espectro de nuestro pasado y de los sueños perdidos te asecha y no te deja de nuevo soñar con algo mas, procura cerrar los ojos, contar hasta 10 y cuando desees volver a tenerme a tu lado, toma el teléfono y deja el monstruo llamado orgullo que impide perder la cordura para recuperar lo querido, pero asegurate que cuando suceda, aun te este esperando...
Tm

Ven a mi dulce olvido..

Es un bloqueo desconcertante, se adentra cada vez dentro de mi y no me deja salir, no me devuelve nada a cambio, aunque yo se lo permito, dejo que se penetre tanto que cuando me vuelvas a ver no lo notaras, hace que se hunda mi alrededor y todo se esfume lentamente. Saben que muchas veces lo peor que nos ha pasado es lo mejor que nos pudo suceder, pero esta vez no es así, es como si hubiera tomado la vía equivocada, como si de repente sintiera que este no es el lugar donde debería estar, se que es en tus brazos, contigo, a tu lado, pero no lo estoy y el cielo me dice que no lo estaré, tomamos decisiones y muchas veces son tan determinantes que nada puede hacerlas volver a ti, ya no podrás mantener la esperanza contigo y solo te queda la certeza de tenerlas en tus momentos de agonía, si, cuando las llames siempre estarán para ti, solo tus sueños, tus anhelos, tus deseos, tus alucinaciones, solo ellas te abrazaran cuando mas las necesites.
Dibi

¿Por qué no aceptar lo que estaba ocurriendo sin pretender explicarlo?

Ahí donde me invitas a saltar…
¿De dónde diablos saco esa noción de «algo»? Siento que está ahí, que existe. Produce en mi un efecto, como si tratara de hablar. Para mi el mundo está lleno de voces silenciosas. ¿Significa eso que soy un vidente, o tengo alucinaciones?
Julio Cortázar.
Aquella amistad se reafirmó en otras noches, otros paseos, otras confidencias, bajo la pálida luna parisién, a través de los campos floridos. Pasaron muchos días de un interés romántico. Ese hombre se me iba entrando en el alma. Sus palabras eran de seda, sus frases iban cavando la roca de mi indiferencia. Me volví loca. Mi pisito lujoso pero triste estaba ahora lleno de luz. No volví a los cabarets. En mi bella sala gris, al fulgor de las farolas eléctricas, una cabecita rubia se acoplaba a un firme rostro de morenos matices. Mi alcoba azul, que conoció todas las nostalgias de un alma sin rumbo, era ahora un verdadero nido de amor. Era mi primer amor.
Julio Cortázar, Rayuela.
… A lo mejor tuve miedo de que leyera en tu mano alguna verdad sobre mí, porque fuiste siempre un espejo terrible, una espantosa máquina de repeticiones y lo que llamamos amarnos fue quizá que yo estaba de pie delante de vos con una flor amarilla en la mano y vos sostenías dos velas verdes y el tiempo soplaba contra nuestras caras una lenta lluvia de renuncias y despedidas…
Julio Cortázar, Rayuela.

Así andaban, atrayéndose y rechazándose como hace falta si no se quiere que el amor termine en cromo o en romanza sin palabras. Pero el amor, esa palabra…

Hay ríos metafísicos, ella los nada como esa golondrina está nadando en el aire, girando alucinada en torno al campanario, dejándose caer para levantarse mejor con el impuso. Yo describo y defino y deseo esos ríos, ella los nada. Yo los busco, los encuentro, los miro desde el puente, ella los nada. Y no lo sabe, igualita a la golondrina. No necesita saber como yo, puede vivir en el desorden sin que ninguna conciencia de orden la retenga. Ese desorden que es un orden misterioso, esa bohemia del cuerpo y el alma que le abre de par en par las verdaderas puertas. Su vida no es desorden más que para mí, enterrado en perjuicios que desprecio y respeto al mismo tiempo. Yo, condenado a ser absuelto irremediablemente por ella que me juzga sin saberlo. Ah, dejame entrar, dejame ver algún día como ven tus ojos.
Julio Cortázar, Rayuela.
No había manera de hacerte comprender que así no llegarías nunca a nada, que había cosas que eran demasiado tarde y otras que eran demasiado pronto, y estabas siempre al borde de la desesperación en el centro mismo de la alegría y del desenfado, había tanta niebla en tu corazón desconcertado.
Julio Cortázar
“Más de una vez la vi admirar su cuerpo en el espejo, tomarse los senos con las manos como las estatuillas sirias y pasarse los ojos por la piel en una lenta caricia. Nunca pude resistir el deseo de llamarla a mi lado, sentirla caer poco a poco sobre mí, desdoblarse otra vez después de haber estado por un momento tan sola y tan enamorada frente a la eternidad de su cuerpo.”
Julio Cortázar
Sé que un día llegué a París, sé que estuve un tiempo viviendo de prestado, haciendo lo que otros hacen y viendo lo que otros ven. Sé que salías de un café de la rue du Cherche-Midi y que nos hablamos. Esa tarde todo anduvo mal, porque mis costumbres argentinas me prohibían cruzar continuamente de una vereda a otra para mirar las cosas más insignificantes en las vitrinas apenas iluminadas de unas calles que ya no recuerdo. Entonces te seguía de mala gana, encontrándote petulante y malcriada, hasta que te cansaste de no estar cansada y nos metíamos en un café del Boul Mich y de golpe, entre dos medialunas, me contaste un gran pedazo de tu vida.
Julio Cortázar

Convencida como yo de que un encuentro casual era lo menos casual en nuestras vidas.


No había un desorden que abriera puertas al rescate, había solamente suciedad y miseria, vasos con restos de cerveza, medias en un rincón, una cama que olía a sexo y a pelo, una mujer que me pasaba su mano fina y transparente por los muslos, retardando la caricia que me arrancaría por un rato a esa vigilancia en pleno vacío. Demasiado tarde, siempre, porque aunque hiciéramos tantas veces el amor la felicidad tenía que ser otra cosa, algo quizá más triste que esta paz y este placer, un aire como de unicornio o isla, una caída interminable en la inmovilidad. Ella no sabía que mis besos eran como ojos que empezaban a abrirse más allá de ella, y que yo andaba como salido, volcado en otra figura del mundo..
Julio Cortázar
Ya sé que estas cansado, que no me quieres más. Nunca me quisiste, era otra cosa, una manera de soñar.
Julio Cortázar.
Amor mío, no te quiero por vos ni por mí ni por los dos juntos, no te quiero porque la sangre me llame a quererte, te quiero porque no sos mía, porque estás del otro lado, ahí donde me invitás a saltar y no puedo dar el salto, porque en lo más profundo de la posesión no estás en mí, no te alcanzo, no paso de tu cuerpo, de tu risa.
Julio Cortázar.
Lo que se ve y lo que dejo entrever, ahora lo entiendo… Al menos eso creo. Quiero volver a callar aquella palabra que nunca mencionamos, sería inevitable repetir la misma escena una y otra vez. Tal vez sea cierto: lo que queremos no es lo que hacemos, lo que buscamos esconde un defecto… Es la manera en la que construimos el momento, la acción, el movimiento. ¿A vos qué te parece, qué pensás al respecto? Mejor no me lo digas, guardemos secretos, tengo una lista de películas que quiero ver. Coincidimos y no es casualidad, ¡qué mala suerte, no es casualidad!
Coiffeur, Que mala suerte.

miércoles, 28 de marzo de 2012

Lo preocupante es cuando no logras sacarlas fuera. Se acumulan en su interior y se enquistan. Las emociones van petrificándose y muriendo dentro de uno. Eso sí es terrible.
Haruki Murakami.
No existen los buenos y los malos amigos; tal vez solo hay amigos, gente que nos apoya cuando sufrimos y que nos ayuda a no sentirnos tan solos. Tal vez siempre vale la pena sentir miedo por ellos, y esperanzas, y vivir por ellos. Tal vez también valga la pena morir por ellos, si así debe ser. No hay buenos ni malos amigos, solo personas con las que uno quiere estar, necesita estar, gente que ha construido su casa en nuestro corazón.
No creas en nada, simplemente porque te lo han dicho o porque es tradicional. No le creas a tu maestro simplemente por respeto. Pero si de alguna forma, por medio de un examen, encuentras que es uno que lleva al bienestar y felicidad de todas las criaturas, entonces sigue ese camino como la luna sigue el camino de las estrellas.
Budha 
Esto no es un episodio psicótico. Es un momento de claridad purificadora. Estoy imbuida. Estoy imbuida con un espíritu especial. No es un sentimiento religioso. Es una erupción asombrosa de una gran energía eléctrica. Me siento vívida y fulgurante… Como si de repente me hubieran enchufado a un gran campo electromagnético. Me siento conectada con todas las cosas, con las flores, los pájaros, todos los animales del mundo, e incluso con una gran fuerza viva, que creo que los hindúes llaman prana. Pero no es un colapso nervioso. Nunca sentí mi vida más ordenada. Es una sensación estremecedora y hermosa. Es el ritmo exaltado del continuo tiempo/espacio, salvo que no tiene espacio ni tiempo… Y es tan hermoso. Me siento al borde de una gran verdad final.
Mire, mi pequeña Amélie. Usted no tiene huesos de cristal, puede soportar los golpes de la vida. Si deja pasar esta oportunidad, con el tiempo será su corazón el que se vuelva tan seco y quebradizo como mi esqueleto. Así que, decídase por todos los diablos.
Amélie

Mi amor, te estoy esperando. ¿Qué tan largo es un día en la oscuridad?, ¿O una semana? El fuego ya se extinguió y tengo un frío terrible. Debería arrastrarme hasta afuera, pero ahí estaría el sol. Temo que malgasto la linterna en las pinturas y en escribir esto. Morimos. Morimos ricos con amantes y tribus, sabores que hemos tragado, cuerpos en los que hemos penetrado y nadado como ríos; miedos en los que nos hemos ocultado, como esta infeliz cueva. Quiero que todo esto se grabe en mi cuerpo. Nosotros somos los verdaderos países, no las fronteras trazadas en los mapas con los nombres de hombres poderosos. Yo sé que vendrás y me cargaras al palacio de los vientos; eso es lo que siempre he anhelado, caminar en un lugar así contigo… con amigos. Una Tierra sin mapas.
La lámpara se ha extinguido y estoy escribiendo en la oscuridad.
Juro que nadie me proporcionara nunca un placer comparable al que me das tu. Para mi lo eres todo.
 Anais Nin.

martes, 27 de marzo de 2012

No sabe ni qué siente, no sabe ni quien es, ni dónde está, ni porqué, o para qué. Pero ahí está, ahí está, y lo siente, pero no. Y es que no sabe qué significa, no sabe ni quien habla, sólo sabe que está hablando. Si lo ve, se ciega, solamente para no verlo, y no porque no quiera, sino porque no puede. Esto en su mente está mucho mejor. Donde lo puede ver, donde lo puede idealizar, donde lo puede sentir, oír, pero él, no la puede ver, ni sentir, ni escuchar, y su corazón, intacto está. 
Aquí lo siente, aunque ya no esté, y está bien, su corazón está bien.

Sólo quiero compartir lo poco que sé que existe entre nosotros, lo que no necesita palabras.

Cuando se dio cuenta que la chica que siempre estaba en el metro era muy diferente a la chica de rostro borroso y falda gris que casi todas las noches aparecía en sus sueños, se sintió muy triste. Quiso llorar y perderse por el laberinto de la ciudad; no pudo. Recordó que no había tiempo para romanticismos y le dolió esa sorpresa que sólo el paso de los días puede descifrar sobre las cosas soñadas. Abordó el metro y jamás volvió a confundir a la chica del metro con la chica de rostro borroso y falda gris.
Juro que ayer pude escucharte caminar de vuelta a la cama. No con tus pasos pesados y tu tronadera de dedos de cuando estas molesta, esta vez fue diferente. Caminabas apenas tocando el suelo con tus pies ligeros, como si no quisieras que supiera que has vuelto porque algo no salió en tu plan. No pude sentir que entraras entre las sabanas y me abrazaras como normalmente lo hacías con tus “sigilosas” escapadas y, no sé cómo, pero, sin sentirte, sabía que estabas ahí. ¿Qué salió terriblemente mal? ¿Y qué te trajo de vuelta? ¿Cómo que es que has vuelto a meterte en mis sueños? Creo que no lo entendiste, pero cuando te marchaste me volví un hombre de cristal, transparente hasta la piel. Y no te extraño, te pienso mas no te extraño.
Tanto tiempo me pregunte que había sido de ti y ahora me doy cuenta que de ti no fue nada, como tampoco lo fui yo; una sonrisa diaria que desvanecía desde ayer, una primavera que muere tan pronto llega. Hemos sido tantas cosas por tanto tiempo que el tiempo ha envejecido y no quiere verse desfigurado otra vez. Descubre los huesos de mi costado, devuélveme la costilla que has arrancado y, ahora sí, márchate en paz, que mi alma es polvo, polvo de oro.

Ese amor que nace súbitamente y sin explicación alguna, es el más difícil de extinguir…

Entonces vuelves a aparecer, con un recordatorio cruel de lo doloroso que puede llegar a ser el amor.

Se leen libros y después se espera que la vida este también llena de interés e intensidad. Y, claro, no es así.

Antes siempre estaba sola, es cierto. Ahora, al menos, siento que me tengo a mí. Lo que no es poco. Algo es algo. Es un buen punto donde comenzar.
Uno escribe porque necesita responder a un impulso de escribir, porque cree que está obligado a expresar determinada realidad, a indagar en la memoria… La actividad continua de un escritor es la escritura, y por eso encuentro injustificable la actitud del escritor que abandona su trabajo. Por eso hay quienes encuentran pesado el trabajo de escribir, el escritor es un ser aburrido, no hace una actividad que se vea inmediatamente. El escritor es un ser insociable, que busca el silencio y la soledad para hacer su trabajo.
Salvador Garmendia
“Precisamente en esa falta de motivo consiste esa pequeña parcelita de libertad que nos es dada y que tenemos que tratar encarnecidamentede atrapar para que en este mundo de férreas leyes quede un poco de desorden humano.”
Milan Kundera.

Ella misma era excesivamente su propio cuerpo, y por eso siempre lo sentía con angustia.

Sí, le daba vergüenza: porque vivir en este mundo tanto tiempo y que a uno le pasen tan pocas cosas es vergonzoso.
Milan Kundera
—Hay una cosa que le envidio —decía—, que sea tan joven. Usted aún no puede saber lo que es un desengaño, lo que es una desilusión. Usted aún ve el mundo lleno de esperanza y de belleza.
Milan Kundera

lunes, 26 de marzo de 2012

Sólo en sueños,
sólo en el otro mundo del sueño te consigo,
a ciertas horas, cuando cierro puertas
detrás de mí.
¡Con qué desprecio he visto a los que sueñan,
y ahora estoy preso en su sortilegio,
atrapado en su red!
¡Con qué morboso deleite te introduzco
en la casa abandonada, y te amo mil veces
de la misma manera distinta!
Esos sitios que tú y yo conocemos
nos esperan todas las noches 
como una vieja cama
y hay cosas en lo oscuro que nos sonríen.
Me gusta decirte lo de siempre
y mis manos adoran tu pelo
y te estrecho, poco a poco, hasta mi sangre.
Pequeña y dulce, te abrazas a mi abrazo,
y con mi mano en tu boca, te busco y te busco.
A veces lo recuerdo. A veces
sólo el cuerpo cansado me lo dice.
Al duro amanecer estás desvaneciéndote
y entre mis brazos sólo queda tu sombra.
Jaime Sabines

Ésta es la última vez que yo te quiero.

 
 

¿Qué puedo hacer si puedo hacerlo todo y no tengo ganas sino de mirar y mirar?

Me gusta pensar en ti desde que pienso.

Me tienes en tus manos y me lees lo mismo que un libro. Sabes lo que yo ignoro y me dices las cosas que no me digo.

Me encanta Dios. Es un viejo magnífico que no se toma en serio. A él le gusta jugar y juega, y a veces se le pasa la mano y nos rompe una pierna o nos aplasta definitivamente. Pero esto sucede porque es un poco cegatón y bastante torpe de las manos.
Nos ha enviado a algunos tipos excepcionales como buda o Cristo, o Mahoma, o mi tía Chofi, para que nos digan que nos portemos bien, pero a él no le preocupa mucho: nos conoce. Sabe que el pez grande se traga al chico, que la lagartija grande se traga a la pequeña, que el hombre se traga al hombre. Y por eso inventó la muerte: para que la vida —no tú ni yo—, la vida, sea para siempre.
Ahora los científicos salen con su teoría del Big Bang… Pero ¿qué importa si el universo se expande interminablemente o se contrae? Ésto es asunto sólo para agencias de viajes.
A mí me encanta Dios. Ha puesto orden en las galaxias y distribuye bien el tránsito en el camino de las hormigas. Y es tan juguetón y travieso que el otro día descubrí que ha hecho —frente al ataque de los antibióticos— ¡bacterias mutantes!
Viejo sabio o niño explorador, cuando deja de jugar con sus soldaditos de plomo de carne y hueso, hace campos de flores o pinta el cielo de manera increíble.
Mueve una mano y hace el mar, mueve otra y hace el bosque. Y cuando pasa por encima de nosotros, quedan las nubes, pedazos de su aliento.
Dicen que a veces se enfurece y hace terremotos y manda tormentas, caudales de fuego, vientos desatados, aguas alevosas, castigos y desastres. Pero esto es mentira. Es la tierra que cambia —se agita y crece— cuando Dios se aleja.
Dios siempre está de buen humor. Por eso es el preferido de mis padres, el escogido de mis hijos, el más cercano de mis hermanos, la mujer más amada, el perrito y la pulga, la piedra más antigua. el pétalo más tierno, el aroma más dulce, la noche insondable, el borboteo de luz, el manantial que soy.
A mí me gusta, a mi me encanta Dios. Que Dios bendiga a Dios.
Jaime Sabines