lunes, 26 de marzo de 2012

Es sólo este lugar donde estuviste, estos mis brazos tercos

Mansamente, insoportablemente, me dueles. 
Toma mi cabeza. Córtame el cuello. 
Nada queda de mí después de este amor. 
Entre los escombros de mi alma, búscame, 
escúchame. 
En algún sitio, mi voz sobreviviente, llama, 
pide tu asombro, tu iluminado silencio. 
Jaime Sabines

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