lunes, 30 de abril de 2012

Esta vez no hubo manos tibias, ni párpados cerrados. Y es que aunque estaba en el mismo sitio, faltabas tú. Faltaba tu cabello rojo y tus ojos bonitos. Una vez más extrañé tu “boquita pintada” y esos “besos  perfumaditos.” Y aunque extrañar no es lo mío, te echo de menos a menudo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario