domingo, 29 de abril de 2012

Me encantaría abrazarte de espaldas y besarte el cuello. Decir que mis manos existen para acariciarte, que si tengo la vida es para amarte… y que mi nombre es bendito sólo si lo nombras. Me encantaría hacerte sonreír y dar vueltas por la cama haciéndote cosquillas. Hacer un camino de besos desde tu vientre hasta tu boca. Teclear en tus piernas la Serenade de Schubert. Besar tus manos en forma de agradecer tu existencia pues en ellas sé que me sentiría digno de estar vivo. Susurrarte al oído, hacerte temblar. Decir que si el amor no existe, te lo invento. 
J. Porcupine

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