Pero dejaste de escribir. Echaste a volar y me dejaste acá tan sólo cómo me encontraste. No puedo juzgarte. Para eso estás hecha y ambos lo sabemos. Estás hecha para volar lejos y llegar cada vez más alto. Yo, por mi parte, seguiré pegado al suelo viéndote desaparecer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario