Cerca ya de medianoche, en esas horas en que todo se vuelve dolorosamente nítido o angustiosamente desdibujado.
lunes, 30 de abril de 2012
Te esperé. Y sentado. Y parado. Y en las mañanas. Y en la calle. Y en el teléfono. ¿Pero sabes que pasa cuando te aferras mucho a cualquier cosa? Se acaba rompiendo. Como tela. Como papel. Como cualquier cosa que fuimos, cualquiera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario