viernes, 20 de abril de 2012

Una vez que comencé un libro, no pude dejar de leerlo. Era como una adicción; leía mientras comía, en el tren, en la cama hasta bien entrada la noche, en la escuela, donde había podido mantener escondido el libro para poder leerlo durante la clase. Pero casi no tenía ganas de hablar con nadie acerca de la experiencia que adquirí a través de libros y música. Me sentía feliz con sólo ser yo y nadie más.
Haruki Murakami 

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