miércoles, 30 de mayo de 2012

Haber escrito algo que te deja como un fusil disparado, que aún se sacude y humea, haberte vaciado por entero de vos mismo, pues no sólo has descargado lo que sabés de vos sino también lo que sospechás y supones, así como tus estremecimientos, tus fantasmas, tu vida inconsciente, y haberlo hecho con sentida fatiga y tensión, con constante cautela, temblores, repentinos descubrimientos y fracasos, haberlo hecho de modo que toda tu vida se concentra en ese punto dado y advertir que todo ello es como si no existiera si no lo acoge y le da calor un signo humano, una palabra, una presencia; y morir de frío, hablar en el desierto, estar solo, noche y día como un muerto.
Cesare Pavese 

No hay comentarios:

Publicar un comentario