martes, 22 de mayo de 2012

Por un momento, intentas soñar despierta...

Sus besos me sabían a un pasado completamente desconocido, y era extraño, por donde quisiera verlo, era extraño.
Lo tenía por fin conmigo, justo encima de mi boca. Pero, había algo que me hacia sentirlo al lado de una estrella. No podía conectarme con su alma, no podía leer mas allá de sus ojos, todo se reducía a las pocas palabras que podían mencionar sus labios, y que incluso, las sentía algo vacías. 
No quería creer que me había arriesgado para nada, pero, todo indicaba que así había sido.
La idea mas cercana a una nueva relación que me había estado rondando por la mente, desde mi ultima ruptura, no se parecía en lo absoluto a esta. Tenía de nuevo todos mis sentimientos hechos una sopa, y de alguna manera, me estaba doliendo. A pesar de todo y del tiempo, me estaba doliendo.
Odiaba saber que tenía que despertar a decirle adiós a algo que me pudo hacer feliz. Pero odiaba mas, que ese algo no pudiera sacarme las sonrisas desde ya. Odiaba no sentir que le importaba, odiaba estar odiando tantas cosas. No era así como lo imaginaba. Aunque ... en realidad no tuve tiempo de imaginarlo, todo fue tan fugaz, todo paso tan rápido, que me atrevería en parte a decir que la culpa fue mía. En parte claro está.
Se supone que cuando te involucras sentimentalmente con alguien, le conoces. Le conoces sus pensamientos, sus aspiraciones, lo que quiere ser y lo que fue. Los sueños que quiere cumplir, aquellos que quiso y nunca cumplió y jamas se cumplirán por cualquier razón. Le conoces el motivo de sus miedos, lo que algún día lo hizo llorar, lo que siempre lo hará llorar. Le conoces lo que odia y lo que ama comer, su color favorito, su canción preferida, y partiendo desde ahí, ya todo iniciaba mal porque nada de eso sabía,

Alguna vez me pregunte qué quería  para mi, o que esperaba de la persona con la que quisiera de nuevo compartir momentos de mi vida, contarle lo que me pasaba, lo que sentía. Hacerle conocer mis miedos e invitarlo a acabar con ellos. Y la respuesta fue tan sencilla... Primero que todo buscaba a alguien que amara a Dios con locura. Tanto, que me hiciera amarlo a Él cada día mas. Segundo, un chico que estuviera dispuesto a tomar mi mano sin soltarla. Sí, como acabo de decirlo... sin soltarla. Es decir, que estuviera a mi lado si deseaba hablar o si prefería callar. Que me llamara al finalizar la noche quizá a escuchar mi voz porque es lo que mas le agrada antes de cerrar los ojos. O ¿por qué no?  al iniciar su día, muy probablemente me haría entender que me lleva hasta en sus sueños. Que me diga lo mucho que me quiere y cuan feliz se siente de tenerme a su lado, pero no con palabras. Con gestos, con atenciones. Con un simple "te estoy pensando justo ahora" en medio de una tarde en la cual muy seguramente solo querría saber de él. Con detalles, no de esos que tu compras, esos que te nacen, que sientes que no deben quedarse contigo, que pertenecen a la otra persona. Un chico que siendo mi novio, no olvidara que también es mi amigo, que soy su amiga y que comprendiera lo importante y la magnitud de la confianza que depositaba en el en el momento en que dijera : Sí.
Lf

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