Cerca ya de medianoche, en esas horas en que todo se vuelve dolorosamente nítido o angustiosamente desdibujado.
miércoles, 23 de mayo de 2012
Se me entorpecen los dedos con este gran frío llamado desánimo, arrepentimiento o derrota. Y yo me pongo a saborearlos, a dividirlos entre los dientes, en pequeños mordiscos, a traducirlos para conocerlos mejor o para perderlos definitivamente.
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