jueves, 24 de mayo de 2012

Y cuando mas desequilibrado me siento. Recuerdo que me acostumbre a las cosas simples. Esas que pasan desapercibidas. Ocultas en su grandeza… tan simple como una taza de té, un pájaro en la ventana, ver la primera estrella, el atardecer, un pan con aguacate, queso de mi gusto, como una sonrisa, como decirle a alguien lo muy importante que es para ti, ese soy yo. Simple con mis simplezas. No gozo de lo costoso, pero si de lo extraordinario, de lo que es infinito. De lo que mis sentidos perciben y comprenden la inmensidad. Gozo de el viento, del agua, de los mares, los ríos, de el azulito del cielo, de las milpas y los cultivos, de la naturaleza y su finidad, de las lluvias y las sequias… De la secuencia de mis ojos. Gozo y disfruto. Vivo y muero. Nada. Simplemente nada. Yo. 

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