domingo, 27 de mayo de 2012

Y me dieron ganas de escribir tu nombre en el cielo, cerca de las nubes, ganas de escribir tu nombre con whisky, con vodka, con cerveza, con pequeños gritos, con sudores.

No sé cómo empezar. Te conocí en el Opium Streap Tease y me dijiste que te llamabas Harlem y también me dijiste que te gustaba el whisky, las mañanas de sol y tantas otras cosas de las que no me acuerdo. Yo te dije que me llamaba Gary, Gary Gilmour y que acababa de morir en la silla eléctrica y no me creíste. Pensaste que estaba loco, que tal vez había bebido demasiado y te fuiste a la pista a sacarte tus ropas, a regar un poco de sudor aquí y allá mientras tocaban Boys Don’t Cry y yo pedí una cerveza y te vi allí desde la barra y me pareció que olías un poco a Boys Don’t Cry, un poco a mañana de miércoles y no parabas de mover tus muslos, tus ojos, tal vez mirabas hacia arriba, hacia esas luces que olían a tomate, tal vez buscabas a Dios en la mitad de aquellas luces amarillas y rojas que daban vuelta encima de tu cabeza, de tus sueños de manzanas podridas y cuando se acabó Boys Don’t Cry volviste hacia mí y nos pusimos a hablar, hablamos de todo, creo que hablé de tus cigarrillos y te pedí que me dejaras pasar la noche contigo...
Rafael Chaparro, Opio en las nubes.

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