Cerca ya de medianoche, en esas horas en que todo se vuelve dolorosamente nítido o angustiosamente desdibujado.
lunes, 4 de junio de 2012
Con la pena extrema uno también puede sentirse bien. Lo peor, tal como pensaba Máximo, son los estados intermedios, los entreactos, el aburrimiento, los domingos que se eternizan.
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