lunes, 4 de junio de 2012

Por las veces que pude llamarte y no lo hice, por la ternura de tus cartas que no merecí: lloro el viento, ubico la luna en el lugar más tibio de mis ojos, robo las margaritas del barrio y las guardo en una caja de zapatos color gris, tapa rota con figuritas, primeros dientes, crayones mordidos, para que la infancia no se me olvide.
Victor Damián Cuello.

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