Cerca ya de medianoche, en esas horas en que todo se vuelve dolorosamente nítido o angustiosamente desdibujado.
viernes, 22 de junio de 2012
Una chica me dijo: No hay por qué tener miedo. Las cosas dulces y bonitas seguirán ahí cuando consigas despertarte. Yo estaba despierto, así que imaginé que era ella la que estaba dormida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario