miércoles, 6 de junio de 2012

Y ahora solo espero el dulce aroma de la noche, me recuerda que estamos juntos, que por una inexplicable razón del destino estamos ahora tu y yo, reconociéndonos, encontrando tanta soledad esparcida que podría estar agotándose, tu sonrisa no deja mi mente en todo el día, tu mirada me recorre todo el cuerpo y produce escalofríos emocionantes que me recuerda cuan viva me siento ahora. La luna es nuestra testigo, de tantas palabras que provocan una alegría inimaginable, de tantos sueños que podrían convertirse en uno solo, de cada duda que se evapora cada vez que te oigo decir mi nombre, de nosotros formando un quizás, un tal vez, un para siempre.
Dibi

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