domingo, 29 de julio de 2012

"Agarraste mi mano, dándome a entender que bajara un poco la voz, y te quedaste ahí. Me solté, como gatito indefenso haciendo lo posible para escaparse entre hilos de lana (hilos de su color y textura preferida). Y lo que en verdad quería hacer era abrazarte. Sentirte un poquito más, un poquito menos, me iba a dar igual. Sentirte. Qué me acaricies la espalda, sentir la lana de tu polera amarilla, que vos sientas mi perfume, mi mezcla de perfumes. Imaginé que una vez que te abrazara no solo querías que baje la voz, si no, además, que me quedara un rato ahí. Imaginé qué me murmurabas algo, un quédate, un no te vallas, un te estaba buscando. Un "no me sueltes".  Algo. Pero era solo eso. Yo solo imaginaba."

No hay comentarios:

Publicar un comentario