domingo, 29 de julio de 2012

En fin, a lo que iba: que, a menos que sea un estúpido, uno no escribe por dinero. Ni, a menos que sea un estúpido, cuenta líneas, ni escribe pensando en lo que se ganará por hora, por mes, o a lo largo de su vida: eso sería estúpido. En resumidas cuentas, uno ni siquiera escribe por amor, aunque me gustaría creerlo así. Lo hace porque no hacerlo es suicida.

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