Estoy dispuesta a empezar de cero. Sí, ya lo se, suena absurdo y  poco realista viniendo de mi. Pero ¿qué mas da? el me roba el aliento cada que respiro. ¿Tendrá idea de lo mucho que me encanta?
Hoy lo vi, y sonreí  porque lo tenía cerca, por fin las fichas de este juego se movieron a mi gusto, sonreí porque era hermoso, por donde quisiera verlo. Adoro su barbilla, el verde de sus ojos. ¡Vaya que es un verde realmente hermoso!  como su color favorito. Adoro como combina su camisa blanca con la chaqueta negra que tanto amo. Fue mi mejor regalo, su regalo en cambio, era lucir perfecto cada vez que la traía consigo. Adoro sus gestos, uno a uno, son tiernos, son sutiles. Tiene una sutil manera de mandarme al demonio simplemente con mirarme cuando se enoja. Pero, aún así me encanta. Podría mirarlo por un par de minutos, horas, días... podría mirarlo siempre. Adoro su nariz, tengo la costumbre de morderla. Sus ojos inmediatamente se tornan aguados. Creo que le gusta. -duele, pero... muerdela de nuevo- dice después de recuperar el sentido. Adoro sus impulsos. No son muy comunes, pero… me agradan ,  tiene costumbres raras, como por ejemplo saludar cuando subía a un ascensor ¿No es raro eso? él prefiere llamarle "educación". Adoro cuando me mira. Pocas veces he tenido la sensación de tener sus ojos sobre mi, solamente sobre mi, detallando cada rasgo, mis lunares, aunque a penas sean dos, siento que los detalla como si en ellos existiera un mundo. Adoro su acento, adoro su voz,  tiene algo que me hace amar el hecho de tenerlo al otro lado del teléfono. Creo que una vez le dije que tenía voz de hombre, espero no haberlo ofendido,. Por todo esto sonreía y sonreía como nadie lo hacia en ese instante. He de verme como una perfecta idiota,  pero estaba siendo feliz.
Hoy estuvo cerca... tan cerca que deteste la idea de dejarlo ir, de que viva  lejos. ¡Se me hace tan extraño echarle de menos! Es una sensación que contiene toda clase de emociones, eso lo hace extraño.


- ¿Dónde se supone que está la luna?- Preguntaste  mirando curiosamente el cielo, algo muy de ti.
- Supongo en otro cielo, el mío, lo tiene abandonado-  Respondí con cierto tono irónico.
- ¡Vaya! el mío no lo abandona nunca... ¿Le dejas algún recado? – Preguntaste  con cierta picardía.
- Sí, en efecto. Puedes mencionarle que la extraño en mi ventana, ella me vuelve dulce... dulce contigo-  respondí  sonriendo, de nuevo sonriendo.
- ¡En realidad eres hermosa! - me abrazas, me das un beso, y me robas el aliento una vez mas.

Lf