A veces apago el mundo para encender tu nombre en mi cabeza. A veces me canso de contar estrellas, descubrí que mis constelaciones favoritas están en tu cara. ¿para qué contar estrellas si puedo contar tus pecas? A tu lado estoy contenta, estoy completa, no hacen falta los celos, las peleas, todo fluye de manera extraordinaria.
Tú no lo sabes, pero a veces... me quedo horas viendo por la ventana hasta que cae la noche y escasas estrellas adornan el cielo. Entonces apareces, tan inmenso, impredecible, tan infinito... e imagino que te escondes por ahí, en algún lugar entre las galaxias, que eres parte del universo, una luna, un satélite o quizá un agujero negro... sí, un agujero negro que me absorbe hasta perderme en él. Dejaste de ser una persona para volverte mi universo, mi vida. Tal vez no lo notes, pero al estar contigo una sensación cósmica invade mi cuerpo, me recorre de pies a cabeza en un viaje sideral, explora la última fibra de mi alma y sin notarlo llego al infinito de tu mirada...ahí donde no hay un final y se deshacen mis principios, ahí, donde dejo de ser yo para ser tuya.
Tuya desde que rozaste tus labios con los míos, en el instante preciso en que enterraste tu mirada en la mía. Tuya desde que me dejaste lamer tus heridas y cuidar de tus cicatrices. Tuya desde que me doliste por primera vez. Tuya desde que te empecé a amar. Tuya siempre.
Para siempre, aunque te parezca mucho tiempo."

No hay comentarios:
Publicar un comentario