sábado, 21 de julio de 2012

Me enamore de esos ojos color café, sin imaginar que minutos después, más abajo de ellos, encontraría los más hermosos labios que al sonreír, me hicieron enamorarme mucho más. Me enamore de nuestra primera plática hasta las tres de la madrugada, me enamore de tus “buenos días” por las mañanas y de los “dulces sueños” por las noches. De la casualidad más perfecta en el momento más exacto. Me enamore de cómo te sonrojas cuando me dices que me extrañas, de todas tus bromas mal contadas, de ese lunar circular que habita en tu espalda. Me enamore de ti y también del amor. Y como un mágico momento pudo cambiar nuestras vidas para siempre, y cómo fue que un simple beso nos encadeno a la eternidad, y como con el pasar de los días el tan sonado “te quiero” se transformó en el tan esperado “te amo”. Me enamore… te enamoraste, inesperadamente, sin saber cómo ni cuándo pero aun así, deseándolo, anhelándolo con todas las fuerzas existentes, con todas las ganas que dos enamorados pueden sentir cuando se dan cuenta de que son el uno para el otro. Que tú y yo hemos nacido para morir juntos.

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