domingo, 29 de julio de 2012

Melancólicos por dormirnos en almohadas llenas de polvo. Por ahogarnos en bocas conocidas, por escondernos en abrazos rotos, por ir detrás de nosotros (un nosotros que está en blanco y negro debo aclarar). Melancólicos por querer a la lluvia, por acariciar a los árboles, por pisar las hojas del otoño. Melancólicos por imaginar antes de actuar. Melancólicos por la locura de actuar conducidos por la adrenalina del momento. Por romper títulos, por colgar momentos pausados en la terraza helada. Por ir en busca de soledad, por llenar vacíos, por intentarlo una vez más. Por ir para allá, en vez de acá. Melancólicos somos todos, porque todos en algún momento estamos rotos. Porque todos vamos en busca de nuestros pedazos (y si es posible de la persona que se los llevo, incluso si somos nosotros mismos).

No hay comentarios:

Publicar un comentario