Cerca ya de medianoche, en esas horas en que todo se vuelve dolorosamente nítido o angustiosamente desdibujado.
domingo, 15 de julio de 2012
Por eso tengo que volver a tantos sitios venideros, para encontrarme conmigo y examinarme sin cesar, sin más testigo que la Luna y luego silbar de alegría pisando piedras y terrores, sin más tarea que existir, sin más familia que el camino.
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