domingo, 29 de julio de 2012

- ¿Y cómo fue?.
- Me volví… No sé muy bien la palabra, se me fue olvidando con el tiempo. Será que no me gusta oírme decirla, así como tampoco oírte diciendo barbaridades.
- Abuelo, las barbaridades aveces son necesarias.
- Eso puede ser verdad. Pero no si te las decís a vos mismo.
- No lo discuto. Ahora dime, ¿Cómo fue?.
- Uh… -suspira vagamente y toma mate- Un día, me levante menos yo que el día anterior, me levanté nuevo, me levanté feliz. Contento, me fui a correr por el parque, y entonces me encontré con una nueva chica, simpática, graciosa, inteligente, todo ocurrió de repente. Me había enamorado en tan solo tres horas, dos de charla y una de… Bueno, y solo ocurrió. Me sentí muy feliz, muy contento, tu abuela es una mujer increíble. Y sin embargo, ese día, el más feliz de mi vida, fue a su vez el más triste.
- No entiendo como pudo ser el más triste.
- Olvide un viejo amor. Me lo arrancaron de repente, me sentí desnudo, un bebe en otra casa que no fuera la suya. La olvide así como así, y la llore. En silencio. Con felicidad, pero la llore mucho. Será que la había amado mucho, solo sé que ese día, el mismo que encontré una nueva felicidad, y quizá la verdadera, fue uno de los días más grises de mi vida. Pero será esa la magia de la vida.

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