Cerca ya de medianoche, en esas horas en que todo se vuelve dolorosamente nítido o angustiosamente desdibujado.
lunes, 16 de julio de 2012
Yo no creo en el amor, no creo en amarse, no creo en morir de amor, no creo es suspirar por otra persona, en dejar de comer por una persona especial. Pero en lo que sí he creído siempre es en que las almohadas llevan en su interior parte de tus pesadillas, de tus problemas y de tus sueños. Y es por esa razón por la que les ponemos esas fundas: para no ver los rastros de nuestra vida. A nadie le gusta verse reflejado en un objeto. Dicen tanto de nosotros nuestros coches, nuestros móviles, nuestra ropa…
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario