Cerca ya de medianoche, en esas horas en que todo se vuelve dolorosamente nítido o angustiosamente desdibujado.
viernes, 10 de agosto de 2012
Guárdame siempre un pedazo de tu alma. Multiplícate. Que la mirada de tus ojos hoy no sea la de ayer -y que siga siendo tu mirada. Que en tus labios haya palabras nuevas cada vez, para decir la misma cosa. Que tú -¿ya ves?- que toda tú seas la misma siempre, pero distinta a cada hora. El amor es esa variedad dentro de lo uniforme. Un gesto, una palabra, una caricia nuevas. Yo te sé de memoria, pero el día en que no ignore nada tuyo, te perderé totalmente. Y ahora, gracias a Dios, siento que me falta mucho por conocerte.
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