jueves, 13 de septiembre de 2012

"Ahora yo me pregunto si cada vez que se tocaban y sus cuerpos temblaban, era porque sabían lo que vendría… Me pregunto si eso de verse a escondidas -sensación más atractiva-, de no verse lo mucho que quisieran, de estar más tiempo pensándose que hablándose, de quedarse dormidos escuchando su voz por el teléfono, de levantarse con una sonrisa, pero no poder mostrarsela al otro, el hecho de que no pudieran soportarse la mirada sin terminar mezclados en un abrazo no delataba nada… Quizá desde afuera era más fácil ver que todo podía irse por donde vino en cuestión de segundos. Que todo eso era como ver un cometa, fugaz pero que iba a quedar eterno en quien quisiera."

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