Cerca ya de medianoche, en esas horas en que todo se vuelve dolorosamente nítido o angustiosamente desdibujado.
miércoles, 10 de octubre de 2012
¿Cuántas palabras de amor existen en el mundo? Y no hablo de las encerradas en libros, canciones o cuadernos manuscritos. Me refiero a las que todavía son libres, invisibles para todos menos para aquellos que están destinados a encontrarlas. Dios sabe que yo mismo pasé demasiado tiempo persiguiéndolas y, quizás producto de mi propia perseverancia, me topé con muchas palabras huérfanas escondidas detrás de algún estante polvoriento, en una mirada a través de la ventana, en una voz lejana pero a la vez familiar. Casi las obligué a quedarse conmigo, les ofrecí un hogar, quise convertirme en su dueño, pero claro, no me corresponde a mí juzgar eso. Y siempre termina todo de la misma manera, siempre invitándome a una fiesta de la que no soy parte, siempre rescatando corazones que esperan a otros héroes.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario