El amor cansa, me dijo.
Lo sé, le dije sin decir nada.
Nos miramos eternos
como pájaros suspendidos
para siempre en el aire
como dos heridas que se hieren a sí mismas.
Mejor me voy, me dijo sin irse.
Quédate, le dije yéndome.
Víctor Burgos.

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