Pienso disparates. Pienso que no hay algo peor que sentir esto. Que después me encierren en un manicomio y me muera entre bipolares que se recuperan en dos semanas, se ríen de sí mismos y salen al mundo radiantes, confiados, como si nada hubiera sucedido. Hay gente que es así, no se da cuenta de que ya vendrán tiempos mejores.
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