Cerca ya de medianoche, en esas horas en que todo se vuelve dolorosamente nítido o angustiosamente desdibujado.
martes, 27 de noviembre de 2012
Ella se quedó con un solo sentimiento, ese hombre indiferente no era el que Ella amaba; Caballo de Mar, el de Ella, había muerto. Y lo iba a recordar siempre con amor, así como se recuerda a los difuntos. Por primera vez sintió que se había separado de Caballo de Mar para unirse a sí misma. Qué débil era la fortaleza del hombre con quien había vivido: estaba basada en la fragilidad de Ella.
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