Cerca ya de medianoche, en esas horas en que todo se vuelve dolorosamente nítido o angustiosamente desdibujado.
viernes, 9 de noviembre de 2012
Pero siempre tengo ganas de darme una patada en el culo cuando voy a reuniones sociales, aunque las copas sean gratis. Nunca me sirve para nada. Ya tengo bastante arcilla con la que jugar. La gente me vacía. Tengo que alejarme para volver a llenarme. Lo mejor para mí soy yo mismo; quedarme aquí encorvado, fumando un cigarro y viendo cómo aparecen las palabras en esta pantalla. Es raro conocer a una persona inusual o interesante. Es más que mortificante; es un espanto constante.
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