Me parece demasiado cruel leer una
historia con los ojos fríos. O peor no
volver a leerla.O peor nunca escribirla.
O peor, no dejarte recordarla.
O, acá viene lo tétrico, lo que uno al
enterarse le dan ganas de abrazarse con
la sabana, que nadie más la vuelva a
nombrarla. Que le nieguen que alguna
vez existió.
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