"Con suerte ninguno de los dos hubiéramos enfermado de cobardía y no nos hubiéramos arañado demasiado... Pero hubiera llegado la noche fría en la que me hubieras puesto la mano encima y yo no la hubiera sentido, puede que hasta hubiéramos conseguido fingir lo suficiente como para pretender que el desencanto no resultase tan doloroso. "
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