viernes, 19 de julio de 2013

"El horror, y en realidad te quiero decir error, de haber guardado ese silencio. Te hace sonreír con una puntada. Lo tenés en la garganta, te pica, no hay forma de que quieras hacer una digestión razonable y natural. El error, la puntada, la vuelta de cara, y que te quise mucho a veces me sacan un poco de lugar. Y nada, absolutamente nada, se quiere poner en su lugar cuando estoy caminando así. Y el silencio te consume hasta las ganas. Y mis ganas, se escondieron para que parecieran que nunca existieron. Y perdón. Porque me hubiera gustado aclarar la garganta y dejar las puntadas. 
A veces es una mierda irse para que una no termine tan embarrada. Una mierda asustarse, morderse y callarse. Irse, una. Como si un puente (Cortázar, creo) se sostuviera solamente de un lado. Sola, mintiéndome un poco.
Pero vos tampoco te aclaraste la garganta. Me muero en las noches en tu voz que no suena. Y entonces nunca sé como responderte lo que nunca me preguntas. Y vos nunca sabes como pedirme que me quede, o exigirme claridad. Y el puente ya ni existe y vaya a saberse si existió. Entonces escuchas lo mismo que yo: “Un vinculo sin dialogo no sirve”.
Y nos vamos por donde vinimos recordando que en realidad nunca nos vimos venir..."
No se sabe nunca

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