Cerca ya de medianoche, en esas horas en que todo se vuelve dolorosamente nítido o angustiosamente desdibujado.
sábado, 31 de agosto de 2013
Sin embargo descubrí el reverso de la servilleta demasiado tarde, no cuando llegue a casa, ni cuando la guarde en la caja, sino cuando tenía el corazón destrozado y lloroso, cuando ya no era cierto.
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