sábado, 25 de febrero de 2012

Nadie me haría alucinar de una mejor manera.


Es justamente la media noche de un día normal de la semana, y me encuentro intranquila, algo me perturba, algo me roba la calma. Minutos antes de encender de nuevo mi computadora, me dirijo a la cocina y tomo algo de café, pues se que la noche que me espera es larga.
Aun desde mi ventana no veo la luna, aun esta oculta, al igual que la cantidad de estrellas existentes en la tierra. Pero lo único presente es mi insomnio y mi recuerdo de aquel chico de ojos color miel, rostro alucinante y estatura soñada. Juraría que a el todo le luce, hasta podría asegurar que mi compañía no le sentaría mal.
Se que pronto emprenderé su búsqueda, una búsqueda por lo desconocido y de alguien a quien ni su nombre se. De alguien que lo único que tengo es su imagen tan perfecta en mi mente.
Era la segunda vez que se cruzaba por mi camino casi después de dos meses y no imagino cuan estúpida pude parecer en ese instante en el que al ver su cuerpo moverse nuevamente de una forma tan estilizada y seductora, exactamente por el mismo lugar, me robo el aliento. Solo puedo describir la manera en que con la mirada lo seguí hasta ver morir su rastro, la expresión de mi cara muy seguramente fue delatadora, y si eso no logro hacerlo, mi repentino cese de palabras si lo hizo. Es que explíqueme alguien como es posible continuar como si nada ante la presencia de algo que nos congela hasta el pensamiento y nos roba las palabras de la boca, dejando inclusive nuestro cerebro aturdido.
Desde ese segundo encuentro físico cuestione tantas cosas, como ¿Qué me haría grabar a la perfección su imagen sin poder omitir algún detalle de lo que mis ojos pudieron percibir de desde sus cabellos hasta la punta de sus zapatos?-Podría yo contarles que al lado de su boca, en la parte izquierda a 3 centímetros de distancia, el rostro de aquel chico tenia dibujado un lunar de tamaño proporcionado y de un color no mas claro que para hacerle juego con sus ojos-.¿Sera que aquel chico casi ideal en su apariencia vendrá siendo algo en un futuro? ¿Habrá una tercera vez o la última fue solo para deleitar mi mirada? Realmente no lo se, ni siquiera el lo sabe, pues no sabe si quiera que le escribo. No sabe siquiera que en uno de sus días normales, mientras caminaba en la ciudad exhibiendo su figura deseable para cualquier mujer con el más leve gusto a lo maravilloso, de manera muy atrevida se robo toda la atención de una niña que habitaba su mismo espacio. Es mas, hasta puedo asegurar que en lo absoluto noto mi presencia, puedo asegurar que esta alucinación solo la vivo yo y no cabe razón alguna para imaginar que sucede lo contrario.
Transcurren los días, y en el día cuarto del suceso me hayo en la estación del metro parada junto a una de sus puertas esperando el vehículo que me transportaría desde la florida hasta la Provenza, la parada mas cercana a mi hogar. Mire el reloj y las manecillas indicaban las 3:55 de la tarde y era testigo de la forma en que la lluvia dejaba gotas en el rostro de quienes se situaban a mi lado. Al ingresar de manera incomoda a aquel medio de transporte, intente hallar asiento , cosa que me fue imposible, así que tuve que permanecer de pie el tiempo que duro mi recorrido. Mi mente tuvo el tiempo suficiente para maquinar encuentros repentinos con su mirada en el lugar de siempre, hasta se arriesgo a trasladarse a un parque en el cual mi rumbo era el suyo.
Al llegar a mi destino, Salí como salen un escupido del Ap2 que me estaba transportando y proseguí mi rumbo con mi cuerpo en la tierra y mi mente en cualquier lugar , menos en el que me encontraba. Camine una dos cuadras mas y cuando ya por fin el ruido de los carros y la lluvia que caía habían logrado robar mi atención, el personaje vuelve a rondar mi memoria con una nueva pregunta para mi, como si fuese yo quien tuviera las respuestas, como si no me cuestionara lo mismo en cada segundo en el que de forma audaz penetra mi cabeza y deja todo su funcionamiento con un corto circuito del alto nivel de impresión que alcanza a generar en mi.
Al llegar a mi hogar puedo estar nuevamente en mis cabales, pero ¿Quién me garantiza que será definitivo? Intento vivir los 4 días siguientes con la cordura necesaria para convivir en esta sociedad absurda y llena de prejuicios a los cuales debemos acceder para encajar en este acto de marionetas manejadas vilmente que se hace llamar cotidianidad.
Llegado el día 5 a las 12:21 am , agotada por los afanes rutinarios e invadida por el estrés agregado en causa de un largo día de investigación y exploración universitaria, la cual empieza producirme cualquier clase de miedos prematuros a ese primer día de clase en lo que será mi segundo hogar dentro de un par de meses hasta unos 5 años exactamente-porque no pretendo que lo sea por mas tiempo-. Enciendo de nuevo mi computadora minuciosamente , previniendo cualquier ruido y dejando el volumen en ceros para no generar molestias de ninguna índole en este momificado edificio, el cual tiene parecido a todo lo que ustedes puedan imaginar , menos a un lugar residido por gente normal y con algún nivel de juventud. De repente vuelve a mi una loca idea , un pensamiento descabellado pero producido por mis inevitables ansias de llegar a encontrar de nuevo esa mirada color miel, y medita mi mente que quizá en ese nuevo hogar, en un salón cualquiera de esa universidad este tomando también clases aquel tipo que tanto altera mis sentidos. Que quizá si corro con la suerte mas grande de este mundo y esta predestinado, lo encuentre preparándose para ser al igual que yo , un Ingeniero de mercados.

Que impresión causaría en mí llegármelo a topar de nuevo, pero esta vez teniendo la plena certeza de que no solo será en esas escaleras en las que los hippies de la ciudad venden sus obras de artes, donde lo veré anonadada como solio pasar las veces anteriores. Y es justo ahí donde la idea de entrar rápidamente a estudiar y agotar mis vacaciones, no empieza a sonar del todo mal, al contrario, tendría ya una razón casi que primordial para seguirle, para buscarle, para invadirle de nuevo sus espacios pretendiendo robarle hasta el mas mínimo suspiro e inventar cualquier clase de excusa para algún día llegar a hablarle. Pero… ¿Cómo lo haría? Muy seguramente no le diré que ha sido tal vez su aroma el que me ha permitido hallarlo, tampoco mencionare que su mirada seria imposible confundirla así estuviera frente a millones de ojos de un color casi perfectamente igual, pues los suyos tienen algo que no me permitirían confundirlos jamás. ¿Y si me lo encuentro casualmente en la biblioteca? Puede darse la casualidad de que al igual que yo, sufra una alta debilidad por los libros o simplemente se encuentre sentado bajo la sombra de un árbol escribiendo poemas.

Últimamente siento que mi cabeza sufre un desorden cerebral e intento hallar la causa pero en realidad no encuentro indicios de que puede estar generando este cambio tan brusco en muchos de mis aspectos personales – es decir, nada ahora es como antes, ya ni mis pensamientos lo son-. Me dirijo como es habitual a mi habitación, mientras mis padres me miran reflejando con sus gestos la enorme preocupación que les estaba causando tal comportamiento en mí. Supongo que lo asimilaran con la adolescencia, quizá con el hecho de que este abandonando el colegio o lo mas probable es que mediten la idea de que este enamorada, pensamiento que seria totalmente erróneo, ya que esto no es amor; es mas, no creo que tenga nombre y si alguna loca demente logra bautizarlo, garantizo que vendría siendo algo similar a una obsesión, que se yo.
Antes de dormir, reviso rápidamente mi correo y al abrir mi ventana una cortina de estrellas en el cielo alcanzan a capturar totalmente mi atención, haciendo simplemente que de mi brote una sonrisa. No se a quien le sonrió, a decir verdad no hallo razón alguna para haber sonreído. Aproximadamente 9 horas después, retumba en mi oído el sonido de mi alarma indicando que ya es hora de despertar y con la total escasez de fuerzas, me levante a apagarla – vaya día el que me espera- pronuncie con mis labios aun anestesiados por el sueño tan profundo en el que me encontraba sumergida. Procure lucir lo más parecido a una chica que esta a vísperas de iniciar su vida universitaria, ya que pretendía camuflarme en ese tan deseado mundo. Aliste cuanto documento llegara a necesitar y me aventure de nuevo a buscar el resto de información necesaria para el ingreso a aquel lugar.

Mire mi reloj y contaba con dos horas extras antes de mi cita, así que decidí recorrer la universidad y de esa manera familiarizarme con el sitio. Mi primer estación fue la biblioteca, en la cual no dure mas de 10 minutos puesto que si de casualidad me daba por acercarme a buscar un libro , no habría poder humano que me hiciera salir de ahí después. Camine por los lugares mas solitarios , hasta encontrar un kiosco con una vista espectacular hacia la ciudad – por lo menos algo lindo he encontrado en mi próximo segundo hogar-. Me senté y mire de nuevo el reloj, ya solo contaba con 40 minutos de mas , así que opte por acostarme un momento en aquel kiosco solitario, nadie me vería , así que no me causaría ninguna clase de vergüenza . Gire mi cabeza para cerciorarme de estar completamente sola, cuando vi a no más de 7 metros de distancia a la persona que estaba desestabilizando mis pensamientos. Sentí como se paralizaba por completo mi cuerpo sin tener el más mínimo control de mis movimientos, puesto que nada se movía, fui incapaz de parpadear si quiera un instante. Ahí esta, parado prácticamente frente a mi por tercera vez, sin haberlo imaginado, sin haberlo pedido en ese día. Cuando logre recuperar el sentido y ser al menos un intento de persona cuerda, desvié mi mirada – no se cuantos minutos habría pasado con mis ojos puestos fijamente sobre su rostros- pero un acto involuntario me hizo voltear de nuevo y verle. No lo podía creer, tantas alucinaciones, tanto deseo junto de sentirle una vez mas cerca, estaba siendo real. Mis alocadas fantasías, ya no existían. Lo tenía ahí, con la certeza de que hacia parte de mi futuro entorno, nada me podía hacer más feliz. Llegue a mi cita con la cara más patética que hubiesen podido ver en todo el día. Dure sonriendo en cada pregunta que allí se me hizo y me atrevo a asegurar que aquella mujer asignada a entrevistarme, no me considera una persona con algún nivel de seriedad.

Cuando por fin logre salir del lugar, me dirigí a esperar mi bus. Al subirme en el, tome asiento y sonreí de nuevo. Es exactamente como mi memoria lo había capturado por vez primera, así era el. Esta vez logré escucharlo y les puedo garantizar que su voz alcanzó transportarme al lugar más hermoso que puede poseer el universo. Sonó tan interesante y nada torpe, tan inteligente y muy audaz. Por lo que me percate a escuchar, ama el fútbol, por lo que alcancé a apreciar, no soy la única a la que tiene que con todas sus neuronas en recreo. ¿Sera un espejismo tanta perfección junta en un solo ser? Lo decepcionante es que nadie logra adquirir el más mínimo grado de perfección, aunque no pretendo que lo tenga.
Esa noche di más vueltas que de costumbre en mi cama antes de dormir, aunque en realidad no pegue el ojo en toda la noche. ¿Que carrera estudiara? ¿En que semestre ira? ¿Esta vez alcanzaría a notar que existo o fui como las veces anteriores, invisible para el? Me cuestione cuanta idea logro cruzarse, imagine cuanta cosa pude a su lado. Me encontraba absurdamente feliz y con una imagen indeleble de absolutamente todo su cuerpo grabada en mi. Ese día vestía una camisa azul con cuadros y jeans algo desgastados.
Lf

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