Al cabo de un rato no eres mas que una sombra que sostiene un cigarrillo entre los dedos o tal vez unos labiales que pronuncian palabras incoherentes rotas inconexas cerca del humo cerca de los ceniceros y te das cuenta que tienes el corazón lleno de nicotina y te dan ganas de dejarlo con colillas y luego sales a caminar y ves este cielo del amanecer totalmente deprimido descompuesto a punto de venirse abajo y solamente piensas en meterte en la cama y no pensar en nada en absolutamente nada.
Rafael Chaparro
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