lunes, 27 de agosto de 2012

Esas mujeres por las que uno es capaz de escribir su nombre con sangre, de amarlas en paz; Las mañanas eran un lapso de tiempo transparente, una delgada franja invisible donde se tejían los sueños; Esos días inolvidables los llevo en la mitad de los huesos. 
Amarilla mira que los olores son ese tejido invisible que conectan todos los recuerdos y los días.. Te dije que cada vez que tuvieras un sueño con lluvia era porque yo estaba debajo de un urapán soñando contigo, con tu olor a opio, a hielo, a noche y me dijiste, esta bien nena, eso pensaré...
Rafael Chaparro. 

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