"Ahora, me alimento de natillas Hacendado y de odio a los enfermos.
Ya visto como la gente que desprecio. Bebo como escribo, para borrarme.
Y con exquisita violencia los viernes por la noche.
Mi cabeza es un laberinto de pasillos de hospital con puertas antipánico que se abren al vacío.
Te desconocería hasta volver a amarte.
Pero sonrío."
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