Cerca ya de medianoche, en esas horas en que todo se vuelve dolorosamente nítido o angustiosamente desdibujado.
miércoles, 17 de octubre de 2012
Quiero que los poetas dejen de llamarse poetas y comiencen a llamarse sueños y que los sueños comiencen a llamarse estrellas o luciérnagas o arroyos o triciclos.
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