Cerca ya de medianoche, en esas horas en que todo se vuelve dolorosamente nítido o angustiosamente desdibujado.
lunes, 14 de enero de 2013
Hoy decidí suspender aquella tarea (la de escribir diez mil veces que la amo). Nunca lo entendió. Tampoco me preocupé demasiado por hacérselo ver. Tal vez por eso se marchaba a cada rato, pero siempre de a poco.
No hay comentarios:
Publicar un comentario